Muerte súbita de Álvaro Enrigue,
Premio Herralde de Novela 2013:
primeras y
excelentes reseñas
«Álvaro Enrigue ha escrito, con Muerte súbita, una novela a la altura de
su desmesurada ambición. Se le exige mucho al lector y, como compensación, se
le da lo mucho que promete. Y más que caminar a oscuras lo hacemos en un
vacío que poco a poco se va llenando y adquiriendo sentido en un work in progress parecido al de un
pintor o al del tejedor de un tapiz… En Muerte
súbita asistimos a un duelo formidable que cambiará el destino de la
humanidad y en el que caben la violencia y delicadeza, lo sublime y lo más
descaradamente obsceno, la hipérbole de las crónicas de Indias, la rica
información sobre el tenis desde sus orígenes y la conciencia de que, como
todos los libros, este “viene mayormente de otros libros”, sin que haya aquí
nada de libresco. Por el contrario, penetramos
en lo más vital de la historia, del arte, y de los torbellinos que nos han
arrastrado a la modernidad» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia).
«Álvaro Enrigue ha asimilado a la perfección,
con personalísima mirada, el esperpento
valleinclanesco recreado sobre un «ruedo ibérico» renacentista, el fingimiento culturalista del mejor
Borges y el recargado tono barroco de una jocosa, por momentos hilarante,
crónica del poder ejercido entre desternillantes lances y desafíos… Espléndida novela para tiempos de crisis»
(Jesús Ferrer, La Razón).
«Es un texto literario que detiene el
tiempo, lo secciona por donde mejor le parece al autor cortando y agrietando
esos sitios ciegos de la historia para imaginar un mundo que no entiende de
géneros. Es posible que sea también un divertimento histórico sobre hechos
contados muy libremente y un ensayo ficción sobre en qué cosa se puede
convertir algo tan moldeable como es la novela… No es solo un libro que cuenta
un partido de tenis entre Caravaggio y Quevedo, ni las historias cruzadas entre
Hernán Cortés, Cuauhtémoc, Galileo, Pío IV, el duque de Osuna o Ana Bolena, ni
una lectura ejemplar de la Utopía de Tomás Moro. Muerte súbita cuenta las
vidas cruzadas de estos y otros personajes de la Historia situándolos en su
tiempo, pero leyéndolos desde el nuestro» (Ricardo Baixeras, El Periódico).
«El
autor toca tantas teclas que cabría temer que alguna pirueta llevase al
descarrilamiento. Si no ocurre así es por dos motivos. 1) Porque estamos ante una obra que, pese a su complejidad
temática, resulta siempre entretenida y con frecuencia divertida, siquiera sea
por la vía irónica. Y 2): porque el
riesgo que asume se equilibra con un derroche de talento en el engranaje de
tramas que se desarrollan en diversos espacios temporales y geográficos.
El
hilo conductor es una partida de tenis que, con reglas muy alejadas de las
actuales, disputan el 4 de octubre de 1599, en la romana Piazza Navona, dos
hombres excesivos y de vida y arte exageradas, con cuentas que saldar con
la justicia, pero destinados ambos al panteón de los genios: Quevedo y
Caravaggio. Ahí se enfrentan “dos versiones de la modernidad cuando ésta
estalla” y cuando el mundo se ha hecho enorme con el descubrimiento,
exploración y conquista de América…
En
el mejor texto de una contraportada que
he leído en muchos años, se asegura: “Muerte
súbita se vale de todas las armas de la escritura literaria para dibujar un
momento tan deslumbrante y atroz en la historia del mundo que solo puede ser
representado mediante la más venerable y maltratada de las tecnologías, el
artefacto cuya regla de oro es que no tiene reglas: Su Majestad la novela”»
(Luis Matías López, Público.es).
«Merece un aplauso cerrado. Ha tomado la
novela como campo de juegos, como certera excusa para armar un cuerpo único
que, sin deberle nada, tiene un aire vilamatiano de ensayo escondido, de
materia que lleva una máscara muy rotunda y hace bailar a quien la lee… El
Premio Herralde de Novela siempre es un escaparate de polémica, ideal para las
tertulias, siempre más aburridas, de literatos y gente del mundillo. Aquí, si
quieren discutir, tienen un ejemplar diverso, una creación auténtica que intuye que debemos dar un viraje a la
modernidad mientras habla de sus orígenes con originalidad y un punto de vista
que se aleja de lo convencional. ¿Quién
da más? La contienda es inagotable» (Jordi Corominas i Julián, Blog
personal).
«Libro sustentado en libros […] y en una densa y plural sustancia narrativa
que el escritor recorre para revisar e interpretar, como buen escritor de
ficción, la Historia como pudo haber sido, vista más desde las miserias que
desde las grandezas y reescrita en estas páginas con un verbalismo violento, desaforado y hasta sucio que refleja,
potenciándolo, “el charco de sangre y mierda que deja la Historia cuando se
aloca” (p.118)… Obra que refrenda que novelar es construir y la novela
construcción, esfuerzo compositivo. Hasta el caos ha de cumplir tal requisito y
de ello da fe esta singular y justamente
premiada novela de Álvaro Enrigue» (Luis Alonso Girgado, El Ideal Gallego).
No hay comentarios:
Publicar un comentario