La península de Corea está marcada tanto por el espectacular desarrollo económico del Sur como por la renovada amenaza nuclear del Norte, lo cual supone un factor de primer orden en la precomposición de fuerzas en el área de Asia-Pacífico. Remontándose al primer impulso nacionalista modernizador nacido dentro de la dinastía Chosun a finales del siglo XIX, Eunsook Yang, investigadora coreana, nos ofrece un detallado análisis de las condiciones y los desafíos de cara a la reunificación. Tras la división del país, la evolución de las dos Coreas ha dado como resultado un régimen personalista autoritario en el Norte, que se siente el auténtico detentador del espíritu nacional y que ha incorporado a su ideario marxista-leninista la orientación nacionalista “chuche” como base para su legitimidad, mientras que la joven democracia del Sur ha conseguido situarse entre los países emergentes gracias a su desarrollo económico.
La pujante República de Corea es un enclave tecnológico-económico de primer nivel, mientras que la República Popular Democrática de Corea se encuentra sumida en la autarquía económica, el rígido control social y la precariedad absoluta de la población. Pero lo que podrían ser razones para un fructífero intercambio entre un Norte rico en materias primas y un Sur desarrollado no ha encontrado cauces de avance debido a las disputas políticas. La incorporación de Corea del Norte al denominado “eje del mal” y el nuevo desafío nuclear de Pyongyang hacen aún más difícil prever el futuro. Las políticas de acercamiento entre las dos Coreas, sin el impulso de las potencias vecinas, necesitan no sólo resolver sus diferencias y diseñar un modelo viable de unificación, sino mostrar las ventajas de un nuevo actor deseable en esta parte del mundo.
Informes:
MERCÈ RIVAS TORRES
LOS LIBROS DE LA CATARATA
TEL 91 532 05 04