GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA, Tomo único
Sab. Dos mujeres. Dolores. El cacique de Turmequé. La mujer
(Edición de Luis T. González del Valle, ISBN: 978-84-15255-37-6, 574 pp., PVP: 41 e.)
“En las naciones en que es honrada la mujer, en que su influencia domina en la sociedad, allí de seguro hallaréis civilización, progreso, vida pública”, La mujer , 1860
Aunque nació en Puerto Príncipe en 1814, Gertrudis Gómez de Avellaneda vivió gran parte de su vida adulta en España y aquí se forjó como una de las voces más destacadas del Romanticismo femenino en lengua española. Sin embargo, sus afectos se reparten entre las dos orillas y Cuba estará presente tanto en sus poemas como en novelas de la fama de Sab.
La azarosa vida de Tula en la España decimonónica –sus propios familiares no terminaban de entender sus inquietudes intelectuales, tuvo que afrontar la condición de madre soltera y contrajo matrimonio en dos ocasiones− así como el fallido intento de ingresar en la Real Academia Española evidencian que, si bien publicó sus obras más notables en la capital, nunca terminó de ser reconocida por un mundo cultural eminentemente masculino.
A pesar de la variedad de géneros transitados a lo largo de su obra, podemos apreciar cierta unidad de temas, personajes y propósitos. De hecho, Gómez de Avellaneda ha sido considerada como una precursora del feminismo moderno hispánico gracias a su defensa de los derechos de la mujer o a la denuncia de la opresión que suponían ciertos matrimonios concertados. Así lo podemos apreciar en Sab, primera novela antiesclavista de América, en la que la autora equipara las desigualdades que sufren los esclavos negros con la falta de libertad de tantas mujeres sometidas al yugo paterno primero y conyugal después. Las injusticias de la encorsetada sociedad de la época respecto al matrimonio se ponen una vez más de manifiesto en Dos mujeres, cimentada en torno a un triángulo amoroso en el que rige la fatalidad, mientras que en Dolores los amores imposibles de Rodrigo de Luna y Dolores nos trasladan hasta la corte de Juan II en pleno siglo XV. Adulterios, celos y otros asuntos de honor cercanos a las comedias áureas de capa y espada son materia narrativa de El cacique de Turmequé, mientras que el volumen se cierra con el conjunto de ensayos titulados La mujer, en los que la escritora se sirve de una ilustre galería de mujeres de la Antigüedad para defender los valores femeninos y desmitificar esa supuesta debilidad que se le atribuye tras siglos en los que la Historia ha sido escrita por hombres.
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