Dani el Rojo | Yolanda Foix
Tiburón acaba de salir del talego tras pasar
seis años, seis meses y seis días a la sombra. Puede que no parezca demasiado
tiempo pero estamos en 1992 y, al poner el pie en la calle, nuestro gánster se
encuentra con una Barcelona que se ha vuelto loca con la celebración de los
Juegos Olímpicos. Lo primero: ir a buscar a la Loli, su puta favorita, y su
Magnum 357. Después: vengarse del poli corrupto que lo enchironó. Pero Tiburón
no lleva ni un día fuera de la Modelo cuando una compañera de gremio de la Loli
aparece muerta en una pensión de mala muerte. En la mesita de noche, una aleta
de tiburón.
El universo está sitiado. Cada cincuenta mil años
los segadores, una raza de máquinas sentientes, invade nuestra galaxia para
recolectar toda forma de vida orgánica. El almirante David Anderson y su
compañera Kahlee Sanders tratan de encontrar un modo de detener sus ataques.
Pero durante su misión también han puesto al descubierto las maquinaciones de
Cerberus, una organización paramilitar secreta, y de su misterioso líder, el
Hombre Ilusorio. Ambos saben que Cerberus no se detendrá ante nada para
proteger sus secretos. Afortunadamente, hallan una inesperada aliada en Gillian
Grayson, una joven con poderes extraordinarios
Nueva York, año 2016. El cadáver eviscerado del
secretario general de la ONU, el pastún Mustafa Sharif, ha aparecido atado a la
aguja del edificio Chrysler y su asesinato podría desembocar en una tercera
guerra mundial. Para averiguar la autoría del crimen, Jim Carrera, miembro del
Departamento de Policía de Nueva York, recurre a los servicios de Allegra
Herzog Farnesio, detective privada especializada en casos sobrenaturales y
líder de La Banda, una organización clandestina que lucha activamente contra el
mal. Pero el caso es más complicado de lo que parecía en un principio ya que la
muerte de Sharif también ha desencadenado una batalla abierta entre el Cielo y
el Infierno. Allegra no sólo deberá lidiar con la presión de la policía y de la
propia presidenta de los Estados Unidos, sino también con la responsabilidad de
evitar el fin del mundo
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