Páginas

viernes, 22 de junio de 2012

282.- "El destino no está escrito en los genes", una alegato contra la maldición de la genética: ni determina nuestras acciones ni somos sus marionetas



Jörg Blech (1966) estudió Biología y Bioquímica en Alemania e Inglaterra. Fue a la Escuela de Periodismo de Hamburgo y desde 1994 escribe sobre medicina y ciencia, primero en la revista Stern y luego en el semanario Die Zeit. Desde 1999 trabaja para Der Spiegel. Es autor, entre otros, de Los inventores de enfermedades (Destino, 2005), traducido a doce idiomas, y Medicina enferma (Destino, 2007).


De la exagerada importancia que se da a los genes, y cómo nuestro estilo de vida puede modificarlos

Cada vez está más extendida la opinión de que nuestra biología determina lo que somos. Que tener el gen de la diabetes, o del cáncer, o de la obesidad nos hace más propensos a padecer cada una de esas patologías y no podemos hacer nada al respecto. Los medios de comunicación, ávidos de titulares, favorecen esa tendencia.

Tal como demuestra Jörg Blech, los últimos descubrimientos científicos ponen de manifiesto precisamente lo contrario: somos responsables de nuestros genes. Nosotros, y lo que nos ocurre a lo largo de la vida. El afecto recibido durante la infancia, lo que comemos, si hacemos ejercicio o cultivamos el intelecto son cuestiones que determinan lo que somos, afirma Blech, en mayor grado que la herencia genética.

La epigenética: no vivimos determinados únicamente por los genes

«Diez años después de que se determinase la secuencia completa del genoma humano, la ciencia no ha logrado anunciar la curación de ninguna de las grandes enfermedades endémicas y los protocolos clínicos apenas se han beneficiado de la <>. Pese a todo, la genética se ha convertido para muchos en una nueva religión. La fe en la omnipotencia de la biología proporciona consuelo y nos libera de responsabilidades, porque nuestro destino, dicen, está escrito en los genes.»

«No obstante, esta fe en los genes tiene, en realidad, consecuencias fatales. En su afán por atrapar al fantasma genético, los científicos malgastan miles de millones. A cambio, solo ofrecen a la sociedad un montón de asociaciones genéticas imposibles de digerir. Aunque la ciencia pretende que creamos en el progreso, por ahora la humanidad no está más sana ni se siente más feliz.»

«En lo que a nuestra salud se refiere, los genes solo son responsables del 30 por ciento. El 70 por ciento restante depende de nosotros. Surge aquí la epigenética, ese eslabón que une la cultura con nuestra herencia genética: los genes no nos controlan, pero nosotros si podemos controlarlos.

La asombrosa capacidad de transformación de los genes

«Uno de los más asombrosos descubrimientos de la epigenética es que las células pueden transmitir sus experiencias a las células hija durante la división celular. Lo que resulta más controvertido, pero, es si las personas pueden transmitir estas experiencias a través de sus gametos, es decir, del ovulo y del espermatozoide, dejándolas en herencia a sus hijos. Si así fuera, nuestro estilo de vida actual tendría repercusiones para nuestros hijos, nietos, biznietos y tataranietos.»

«¿Influirá lo que una mujer come en el organismo de sus nietos? ¿Transmitirán las personas que han tenido experiencias traumáticas esos recuerdos a las generaciones venideras? Algunos científicos aseguran contar con evidencia que demostraría que la epigenética se transmite de generación en generación.»

«Pero por otra parte, la biología también parece negar que las alteraciones epigenéticas puedan transmitirse a través de las células sexuales porque tras la fusión del óvulo y el espermatozoide su estructura epigenética se debería suprimir. Llegamos al mundo, pues, sin herencia epigenética alguna.»

«No obstante, inmediatamente después de la fecundación, los factores medioambientales empiezan a actuar sobre los genes y lo irán haciendo a lo largo de toda la vida. Los genes no son estáticos, sino que están definidos por un marcado dinamismo.»

Con nuestro estilo de vida podemos actuar sobre la epigenética

«El modo en el que vivimos tiene un impacto sobre nuestros genes y determina la evolución de nuestro potencial biológico. Disponemos de un mecanismo que permite a nuestro cuerpo y a nuestra mente reaccionar con rapidez ante las influencias del entorno. Ahora podemos aprovecharnos de esta experiencia: siempre que hagamos algo que favorezca nuestro organismo, estaremos modificando la signatura epigenética en nuestro propio beneficio.»


«Por ejemplo, un estilo de vida sano tras el diagnostico de cáncer contribuye a silenciar los genes peligrosos; los pacientes que practican algún deporte de resistencia después de un infarto impulsan la aparición de nuevos vasos sanguíneos; y las personas que meditan incrementan el volumen de su materia gris. Los años que vivimos y como los vivimos es algo que depende básicamente de nosotros. Los epidemiólogos atribuyen un efecto reductor de la esperanza de vida a varios factores medioambientales: el tabaco, la vida sedentaria y una dieta desequilibrada constituyen atajos hacia la muerte, porque alteran el comportamiento de los genes.»

Manual de instrucciones para genes

«Si evitamos que nuestros genes estén expuestos a efectos perjudiciales, influiremos en gran medida en nuestro destino. Las personas que realizan ejercicio, comen fruta y verdura en abundancia, no fuman y consumen alcohol con moderación prolongan su vida una media de catorce anos. Pero también es importante tratar bien nuestra mente. La confianza en el prójimo, las relaciones sociales, el yoga o la meditación restauran en profundidad la arquitectura de las neuronas.»

«La mente y el cerebro son tan maleables como los genes. Por tanto, es importantísimo querer a los niños, respetarlos y darles toda la atención que necesitan. Esto modela las neuronas para toda la vida y es la condición básica para que los pequeños se conviertan en personas felices y tengan una personalidad estable.»

«Nuestra vida no esta tan predeterminada como pensábamos. Y quien es consciente de ello esta ya en el mejor camino para explotar el potencial de sus genes.»


Comunicación Ediciones Destino
comunicaciondestino@edestino.es
93 492 87 51

No hay comentarios:

Publicar un comentario