A la sombra de los abedules
de Fulgencio Argüelles
El autor de Letanias de lluvia o Los clamores de tierra regresa a las librerías con una novela de aprendizaje repleta de referencias filosóficas e históricas
“A la sombra de los abedules no es sólo una novela de formación, ya que Fulgencio Argüelles nos traslada, gracias a sus minuciosos conocimientos históricos y su prosa exuberante y cuasi hipnótica, capaz de bajar torrencial como los arroyos tras el deshielo o de remansarse para hablar de amor, a un mundo mágico, cruel e incierto donde el poder se afianza a través de las guerras y los matrimonios, y la nueva religión trata de borrar —sin conseguirlo del todo—los rastros de los dioses paganos a golpe de espada y de decreto”
Reino de Asturias, siglo X. Tierra de conflicto y transición, de druidas y sacerdotes, de hambrunas y romerías. Es la época del prerrománico, de los artistas anónimos que levantan palacios e iglesias que asombrarán a la posteridad, y los enfrentamientos con los musulmanes cambian las fronteras cada día. La vida de Melendo, el único hijo del conde Numio de Piniolo y de Fromilda de Luna, que hasta ahora ha transcurrido entre las deslumbrantes enseñanzas del monje Flaino y sus escarceos con Niria, la bella hija del alfarero de palacio, está a punto de transformarse: va a cumplir dieciocho años, y sus obligaciones como heredero del palacio de Cenera y de su linaje (que el rey Ramiro había intentado extinguir al decapitar al primer Piniolo y sus siete hijos por traición) le reclaman. Es entonces cuando aparece en palacio el errante Magilo, «príncipe que lo había sido de los pueblos astures, el más anciano y el más sabio de los hombres conocidos», y los escasos días que pase en su compañía se convertirán en un aprendizaje vital que le obligará a cuestionar todo lo aprendido y oído, los grandes temas de la filosofía —la vida, la muerte, la religión, la memoria, la relación con la naturaleza— y el modo en que se enfrentará a partir de entonces a sus obligaciones, ofreciéndole la posibilidad de elegir entre el camino de sangre y venganza de sus antepasados y la nueva senda que le muestra, basada en la sabiduría y el amor.
A la sombra de los abedules no es sólo una novela de formación, ya que Fulgencio Argüelles nos traslada, gracias a sus minuciosos conocimientos históricos y su prosa exuberante y cuasi hipnótica, capaz de bajar torrencial como los arroyos tras el deshielo o de remansarse para hablar de amor, a un mundo mágico, cruel e incierto donde el poder se afianza a través de las guerras y los matrimonios, y la nueva religión trata de borrar —sin conseguirlo del todo—los rastros de los dioses paganos a golpe de espada y de decreto.
Así, el lector se sumerge en el universo de Melendo, descubre con él a todos los habitantes del microcosmos que constituye el palacio de Cenera, sufre con él cuando los saqueadores lo asaltan y hieren a su padre, o cuando su amor por Niria le impide casarse con Lena, la elegida por el conde Numio para fomentar alianzas, comparte su maravilla y desconcierto ante los textos de Lucrecio y Demócrito o las en ocasiones enigmáticas palabras de Magilo, y respira satisfecho al comprobar que las enseñanzas de sus maestros le permiten al fin tomar las decisiones adecuadas.
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