40.- Italo Calvino, una ardilla en Einaudi

 

Italo Calvino, una ardilla en Einaudi Una faceta desconocida de Calvino para celebrar el centenario de su nacimiento En librerías el 27 de septiembre   En este breve ensayo Carlos Clavería nos descubre una nueva faceta del gran escritor italiano: su trabajo como editor en la editorial Einaudi. Durante este periodo, el joven (y no tan joven) Calvino creó un fuerte vínculo con los intelectuales de la época, como Cesare Pavese, a quien sustituiría tras su suicidio. Suicidio que trajo consigo una de las más emotivas historias editoriales, ya que Calvino fue el encargado de editar el último manuscrito que Pavese dejó como legado poético. Todo esto y mucho más, como las dificultades del joven Calvino para publicar sus relatos o sus aventuras como comercial de la editorial en el norte de Italia, ayudan a comprender y celebrar la figura de este gran autor.   Para solicitar ejemplares podéis escribir a prensa@altamarea.es   ISBN: 978-84-10583-33-8 | Págs: 136 | Formato: 11 x 17 cm   P. V. P.: 12,90 € | Colección: Tascabile

«Todo lo hizo como era costumbre en él, con la agilidad y determinación de las ardillas, con la convicción de que ser una oveja negra es una condición vitalicia que merece ser defendida con todas las fuerzas a disposición. Y se ocupó de cientos de libros de otros, también, con todas sus fuerzas, y es sabido que ocuparse de los libros de los otros en una editorial es una empresa que agota tanto el cuerpo y la mente como conquistar Mongolia». Carlos Clavería Laguarda SINOPSIS El infatigable Italo Calvino habría cumplido cien años el 15 de octubre de 2023 si el esfuerzo excesivo que conlleva ser, entre otras cosas, «diligente redactor editorial» no hubiera acabado con él. El presente volumen pretende ser una «semblanza demediada» del meticuloso editor y del perseverante amigo que fue; quiere reconstruir los primeros pasos del Calvino escritor, su afilada visión de la industria cultural y su forma de trabajar con las personas que le rodeaban, con especial atención a la relación con Cesare Pavese, quien le abrió las puertas de Einaudi, le puso el apodo de «ardilla» y marcó decisivamente, en vida y después de muerto, su forma de ejercer «el oficio más discreto del mundo»: el de editor.