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martes, 9 de mayo de 2023

97.- MATAR EL NERVIO, EL DEBUT LITERARIO DE ANNA PAZOS

 

MATAR EL NERVIO,

EL DEBUT LITERARIO DE ANNA PAZOS.

 

En la mejor tradición de la narrativa de no ficción, el debut de Anna Pazos, con ecos de Joan DidionDeborah Levy y Annie Ernaux mezcla memoria y ensayo literario en una revisión aguda y descarnada desde la mirada de una de las  periodistas más lúcidas y brillantes de su generacion, sobre la juventud llegando a su fin y el paso a la madurez.

 

Publicación: 11 de mayo de 2023

Edición en catalán a cargo de La Segona Perifèria

 

Una potente reflexión sobre el paso a la edad adulta, una crónica sobre la década previa a la treintena en cinco partes: Grecia, Israel, Turquía, Nueva York y Barcelona.

 

 

 

 

Es el año 2013 y una estudiante de periodismo de veintidós años aterriza en el sofá de un piso compartido en Tesalónica. A la ciudad griega, sinónimo en esos días de caos y crisis, la ha llevado el programa de intercambio académico Erasmus y un no saber muy bien qué hacer con la vida cuando se tiene la sensación de que hay tiempo de sobra por delante, y también, el derecho a malgastarlo. Rodeada de jóvenes que, entre fiestas y días enteros fumando hierba, viven los últimos estertores de una larga adolescencia antes de dar el salto a la adultez, se asoma allí a las amistades que parecen definitivas y se vienen abajo bruscamente, al sexo frenético, a las intrigas que rigen la convivencia en viviendas compartidas y a los abismos que circundan a su generación . La memoria, sin embargo, hace de ese lugar una arcadia personal a la que, camino de los treinta, se regresa para recuperar el engañoso recuerdo de unos días ociosos que esconden el fracaso de no haber conseguido ser feliz.

Un año más tarde, con un título de periodista en las manos, la narradora se debate entre sumarse a la plantilla de un periódico con sede en Barcelona, donde reside, o hacer maletas nuevamente y adoptar la inestabilidad y la urgencia como forma de vida y antídoto contra la mediocridad. Este dilema, y una ruptura amorosa que exige poner tierra de por medio con su ciudad, la conducen a Israel, donde a través de amigos, amantes y desconocidos se adentra en un conflicto de múltiples aristas en el que, entre la convicción que rezuman los discursos más simplistas o radicalizados, no es sencillo sostener una opinión propia. Pero, tarde o temprano, la excitación deviene tedio e impaciencia incluso en un escenario fascinante como Jerusalén, con la indignación de unos y otros a flor de piel, la adrenalina del conflicto y un complejo mosaico de identidades por desentrañar. El entusiasmo perdido y un problema de visado ponen fin así a una etapa más de una suerte de huida hacia adelante que continua en las playas turcas, Kazajistán y una travesía desde España hasta el Caribe a bordo del velero de un fotógrafo con el que trama una intensa relación que la impulsa a dejar sus proyectos en suspenso para seguirlo a él. Bajo el sol tropical, y después de meses de errancia tras los pasos del otro, el vínculo da claras señas de agonía y el fin de la juventud se vuelve miedo a la irrelevancia. Toca entonces seguir viaje, en esta ocasión rumbo a Nueva York. En una ciudad que parece diseñada para la huida, la narradora añade un nuevo capítulo a un aprendizaje afectivo hecho de citas vía apps, parejas construidas como refugios climáticos para pasar los meses más fríos, amistades fugaces y sexo casual en tiempos de «solo sí es sí». La soledad, sin embargo, es una peste que se extiende por la urbe americana y, como a tantos antes que ella, termina alcanzándola junto con una renovada sensación de fracaso.

A esta epidemia de orden anímico que flota en el aire se añade de pronto la amenaza de un virus capaz de paralizar al mundo, y tras varios años
residiendo en Nueva York, la pandemia lleva a la narradora de regreso a Barcelona. Volver a casa es emprender el retorno a los orígenes, a la familia y sus mitologías, y a las memorias dispersas de una adolescencia de suburbio acomodado en la que ya se anticipaba el gusto por el riesgo y la inestabilidad, pero también, la necesidad de refugio. Pisando la treintena, y con una muela infectada y los pies sumergidos en el Mar Mediterráneo, la huida llega a su fin.

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