El prestigioso cineasta Pedro Almodóvar retoma su faceta de escritor con un sorprendente volumen inédito de relatos que recoge su producción privada a lo largo de décadas, desde la adolescencia a la madurez.
A la venta el jueves 13 de abril.
Un acontecimiento de primer orden: presentamos al «escritor secreto» Pedro Almodóvar , que tras un largo silencio editorial nos abre de par en par las puertas de su íntimo mundo literario. Un libro que ha despertado un enorme interés internacional y cuyos derechos de traducción a otras lenguas han sido vendidos ya a un total de 20 países.
El último sueño constituye un acontecimiento editorial de primer orden: el regreso a la literatura de un autor, Pedro Almodóvar , cuyo cine está impregnado del amor por los libros y por la escritura. En la presentación en 2002 del libro con el guion de Hable con ella, Juan José Millás lo describía a la perfección: «Es un director de cine que tiene la cabeza de escritor». Los doce relatos inéditos que conforman El último sueño , recopilados y archivados durante años por Lola García, su asistente y mano derecha a lo largo de las décadas (y a la que dedica el libro), así lo demuestran. En ellos encontramos al Almodóvar más íntimo y descarnado, el que habla de la soledad, de la muerte y de los avatares de la creación artística, pero también al Almodóvar más afincado en la pura ficción, el que juega con la mezcla de géneros, con las estructuras narrativas tradicionales y con la combinación desprejuiciada entre baja y alta cultura. El último sueño , por tanto, supone el autorretrato definitivo de un artista definido por impregnar con su personalidad única todas sus creaciones.
El último sueño será lanzado también como un audiolibro muy especial en el que el propio autor se ha involucrado de lleno, incluyendo en el mismo a algunos de sus colaboradores habituales. El propio Pedro Almodóvar narra la dedicatoria, la cita inicial y la introducción al audiolibro, y actrices y actores reconocidos, como Blanca Portillo, Carlos Cuevas, Àlex Monner, Carmen Machi, Israel Elejalde y Pedro Casablanc, narran los diferentes relatos que componen la obra. Además, el audiolibro incluye música de Alberto Iglesias, colaborador habitual de Almodóvar y compositor de todas las bandas sonoras de sus películas desde La flor de mi secreto (1995). El interés que el libro (el primero que Pedro Almodóvar publica desde 1991, año de lanzamientode su anterior recopilación de textos, Patty Diphusa) ha suscitado a nivel internacional es inapelable: El último sueño ha sido vendido, de momento, a 20 países, entre los que se encuentran EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Rusia, Portugal o Israel.
La vocación de escritor de Almodóvar es una de las temáticas recurrentes en esta colección de relatos. En la introducción explica: «Yo me sabía escritor desde niño, siempre escribí. Si algo tenía claro era mi vocación literaria, y si de algo no estoy seguro es de mis logros». El relato que aborda este tema de un modo más directo es el autobiográfico Una mala novela, que se inicia de este modo: «Siempre soñé con escribir una mala novela. Al principio, de jovencito, mi aspiración era convertirme en escritor, escribir una gran novela. Con el tiempo, la realidad me iba demostrando que lo que escribía acababa convirtiéndose en peliculitas, primero en super 8 mm y después en largometrajes que se estrenaban en los cines y tenían éxito. Entendí que aquellos textos no eran relatos literarios, sino bocetos de guiones cinematográficos». Este párrafo parece describir el tono del relato que abre el libro, La visita, escrito a finales de los años sesenta y, por tanto, anterior al inicio de la carrera cinematográfica de Almodóvar. La visita, cuyo punto de partida –la visita inesperada de una exuberante mujer al director de colegio religioso que se transforma en un ajuste de cuentas con el pasado– se convertiría décadas más tarde en una escena clave de La mala educación, es un relato marcado por la velocidad de los diálogos y la brillante capacidad del autor de describir tanto a personajes como a situaciones de forma eminentemente visual. La presentación de la protagonista es modélica en este sentido: «En la calle de una pequeña ciudad extremeña, una chica de unos veinticinco años llama la atención de los transeúntes por su aspecto extravagante. Es media mañana, y su indumentaria, de por sí muy llamativa, a la luz del sol resulta aún más impropia. Pero ella camina imperturbable, sin afectarle las miradas de los sorprendidos peatones. Como si estuviera cumpliendo un viejo y elaborado plan, la joven se mueve con gran seguridad. Su vestido, sombrero y demás complementos son idénticos a los de Marlene Dietrich en The Devil is a Woman» . La referencia específica a uno de los filmes que Dietrich rodó con Josef von Sternberg subraya la vocación eminentemente cinematográfica de un párrafo que, fácilmente, podría ser traducido en imágenes y sonidos.
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