La pintura de la escuela de Siena se materializa por primera vez en la vida de Hisham Matar cuando el entonces joven estudiante, y futuro autor de El regreso —el poliédrico relato autobiográfico galardonado con el Premio Pulitzer—, se interna en la National Gallery londinense en busca de consuelo tras el secuestro y desaparición de su padre a manos de la policía secreta libia. Frente a ese terrible desgarro familiar, el colorido, la delicadeza de la factura, las curiosas formas geométricas y el impacto dramático de las composiciones de Duccio di Buoninsegna y sus discípulos, que parecen desafiar los límites de la imaginación, dejan a Hisham misteriosamente prendado y suscitan en él un paradójico sentimiento de esperanza en el ser humano. Veinticinco años más tarde, como un creyente devoto que acude al epicentro de su culto, el autor visita por fin la ciudad donde se gestaron esas obras y se sumerge en su contemplación directa, en busca de una verdad que alumbre sus emociones más recónditas.
Además de un recorrido esclarecedor por las manifestaciones pictóricas de los maestros sieneses de los siglos XIII, XIV y XV, Un mes en Siena es también un ejercicio profundamente conmovedor sobre la capacidad humana para sobreponerse al dolor y la desdicha.
Con una prosa exquisita y medida, bellamente ilustrada y enriquecida con juicios certeros y elegantes, el autor nos invita a reflexionar sobre el valor del arte como instrumento para iluminar nuestro propio paisaje interior y ayudarnos a entender el mundo que nos rodea.
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