106.- CUANDO SE BORRAN LAS PALABRAS

 

Presentamos CUANDO SE BORRAN LAS PALABRAS El desenlace de la saga literaria que ha cautivado a 80.000 lectores. Rafel Nadal dirige su mirada a la memoria, el paso del tiempo y las nuevas generaciones.

La obra literaria del periodista y escritor Rafel Nadal lo sitúa como uno de los autores fundamentales de la literatura memorialística del siglo XXI de nuestro país. A través de la memoria y de los recuerdos familiares ha conseguido levantar una saga monumental compuesta por Cuando éramos felices y Días de champán y que ahora culmina con Cuando se borran las palabras donde nos ofrece una mirada íntima y delicada con la que homenajea a padres y abuelos. Cuando las palabras se borran y los recuerdos se apagan, aquello que no se nombra deja de existir. Entonces al autor solo le queda escribir estas páginas, con la esperanza de que cada vez que alguien las lea rescate las historias que se describen en ellas y reviva, uno a uno, a sus protagonistas. Un relato que no esconde la nostalgia por una época que se acaba, pero que llena de humor y ternura un tiempo que justo acaba de empezar.

NOTA DEL EDITOR Emili Rosales «Me encantaría poder llamar tu atención sobre un autor singular de nuestra literatura, Rafel Nadal, por el que hacemos una gran apuesta desde Destino. Publicamos su nueva obra, Cuando se borran las palabras, y recuperamos además los dos primeros títulos de una trilogía memorialística excepcional en nuestras letras. Cuando se borran las palabras es una obra íntima y emocionante, de gran calado literario, que completa el proyecto iniciado hace diez años con Cuando éramos felices (Premio Josep Pla) y continuado con Días de champán. Una saga narrativa infrecuente en nuestras literaturas, que combina la perspectiva histórica con la pasión por vivir, mientras sigue las peripecias de una familia cuyos fascinantes miembros se extienden por distintas regiones europeas a lo largo del último siglo y medio. Rafel Nadal, empujado por los estragos de la enfermedad de su madre, se lanza a recuperar su mundo antes de que sea tarde. En un afán luminoso y delicado pero sin concesiones, acomete el propósito de acompañarla y rememorar una historia que contiene los ecos de la generación de nuestros mayores. Y mientras se entrega a esta quimera, se da cuenta de que la sensibilidad y la experiencia de su madre ya habita, de algún modo, en él, a la vez que ha empezado a transmitir esa personalidad a sus nietos. Se trata ahora de las palabras salvadas, las que cobran de nuevo sentido en la vida por vivir de sus pequeños. Y es que lo que se va cuando las palabras empiezan a languidecer —relata Nadal— no son solo las palabras, sino también las escenas que nos conformaron, aquello que nos impresionó o atemorizó. Se va también una mañana de verano, y un rato de miedo en una barca diminuta; se esfuma el primer día en que una chica, en plena posguerra, puso los pies en la universidad; el olor a eucaliptus; el recuerdo de un descenso por los Alpes nevados… Pero también con las palabras el mundo resurge, y con ellas la obra pletórica de Nadal, que se despliega en los tres volúmenes que ahora presentamos —y que ya acumulan más de 80.000 lectores en catalán.»

CUANDO SE BORRAN LAS PALABRAS Un relato de gran intensidad emocional que permanecerá imborrable en la memoria de los lectores.

«Mi madre miraba por la ventana, pero no sé lo que veía. Estaba en el comedor de la casa familiar de la plaza de Santa Llúcia como siempre, sentada en un sillón orejero, con las manos juntas sobre el regazo, la cabeza inclinada hacia la derecha, los labios cerrados y los ojos vidriosos mirando a saber qué más allá de la terraza y del campanario de Sant Pere. No tenía grandes complicaciones de salud y parecía estar en buena forma; en la buena forma física que se puede estar a los noventa y ocho años y pasándose todo el día entre el sillón y la silla de ruedas. Podía parecer que todo era como antes, como siempre, pero nada era igual. Se habían borrado las palabras. Todas. El diccionario entero.»