Publicada por Lumen el pasado 15 de abril, Canción de infancia es un viaje sentimental por Bretaña, la tierra idílica de su infancia, en el que Le Clézio nos invita a reflexionar sobre la identidad territorial, los nacionalismos y el paso del tiempo. Desde su primer recuerdo —la explosión de una bomba en el jardín de la casa de su abuela—, pasando por los años vividos como niño de la guerra, que de forma tan terrible impactaron en su aprendizaje del mundo, el premio Nobel de Literatura dibuja una página imprescindible de su geografía emocional que habla de la pertenencia y su lugar en la memoria.
«No voy a hacer un relato cronológico. Los recuerdos son aburridos y los niños no saben de cronología», escribe Le Clézio. «Para ellos, los días se suman a los días, no para construir una historia sino para agrandarse, llenar el espacio, multiplicarse, fracturarse, retumbar».
Con esta declaración de intenciones arranca Canción de infancia, un recital en dos tiempos que es más que una autobiografía. A través de dos cuentos unidos entre sí por la mirada del niño que fue, el premio Nobel de literatura habla de la pertenencia, el amor a la tierra y el descubrimiento del mundo a través de la mirada de un niño.
Le Clézio recupera en este evocador lienzo un mundo perdido que vibra al calor de las cosechas estivales, las fiestas y tradiciones o los hermosos campos de trigo frente al océano. Un recorrido hacia la madurez, pero sobre todo una mirada lúcida sobre los cambios sociopolíticos en un territorio único, la progresiva desaparición de su economía tradicional y la orgullosa dignidad de un pueblo que, pese a todo, se aferra a sus raíces.
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