Jean-Yves Ferri nos cuenta algo más: « Por mi parte, todo comenzó con una representación esculpida de la tarasca, un animal terrorífico de las leyendas celtas... ¿Creían de verdad nuestros ancestros en la existencia real de estos insólitos monstruos? Cabe señalar que en la Antigüedad romana, los exploradores eran escasos y que la Tierra era en gran parte incógnita. Sin embargo, elefantes o rinocerontes, animales extraordinarios, ya habían sido exhibidos en Roma. En consecuencia, ¿por qué los romanos habrían dudado de la existencia de criaturas así de improbables? ¿Acaso algunas de ellas (medusa, centauro, gorgona...) no habían sido descritas de manera muy seria por los antiguos griegos antes que ellos? En el bestiario mitológico, faltaba elegir al animal que estaría en el centro de la aventura. Medio águila, medio león (y con orejas de caballo), enigmática a más no poder, ¡he optado por el grifo! Seguro que entre los romanos funcionaría, pero ¿y entre los galos? ¿Cómo arrastrar a Astérix, Obélix e Ideafix, acompañados del druida Panorámix, a la épica misión sembrada de obstáculos en pos de este animal fantástico? Eso es lo que descubriréis leyendo el álbum. No voy a hacer como la diosa Wikipedia y contároslo todo... ». |
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