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viernes, 26 de febrero de 2021

145.- James Suzman - Libro: Una historia de cómo empleamos el tiempo

 

 James Suzman - Libro: Una historia de cómo empleamos el tiempo
 

«Una fascinante exploración que desafía nuestras ideas preconcebidas sobre lo que significa trabajar [...]. Suzman subraya que lo que consideramos "natural" es a menudo solo el cuestionable legado de gurús industriales y creencias agrícolas. Indagando en cómo hemos invertido nuestro tiempo en el pasado, quizá seamos capaces de tomar decisiones más sensatas en el futuro.» Yuval Noah Harari.

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El reputado antropólogo James Suzman recorre la historia del trabajo, desde los orígenes de la vida en la Tierra hasta el presente más automatizado, poniendo a prueba algunas de las presuposiciones más arraigadas sobre lo que significa ser humano. 

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¿Estamos hechos para trabajar tanto? ¿Acaso nuestros antepasados también vivían para trabajar o trabajaban para vivir? ¿Cómo sería un mundo donde el trabajo no tuviera un papel tan determinante?
 

 
 

    
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Estimados amigos y amigas

Desde la editorial Debate nos complace anunciar la publicación de Trabajo. Una historia de cómo empleamos el tiempo, escrita por el antropólogo especializado en los pueblos joisanes del sur de África James Suzman. Suzman es además director de Anthropos Ltd., un grupo de expertos que aplica métodos antropológicos para resolver problemas sociales y económicos contemporáneos. 

Con motivo de este lanzamiento, nos gustaría anunciar la disponibilidad del autor para entrevistas.

La primera revolución industrial salió expulsada de las chimeneas ennegrecidas por el hollín de las máquinas de vapor que funcionaban a carbón; la segunda surgió de los enchufes eléctricos de la pared; y la tercera adoptó la forma de microprocesador electrónico. Ahora estamos en medio de una cuarta revolución industrial, nacida de la unión de varias nuevas tecnologías digitales, biológicas y físicas, y nos dicen que será exponencialmente más transformativa que sus predecesoras. Aun así, nadie está demasiado seguro de cómo evolucionará, más allá del hecho de que en nuestras fábricas, negocios y hogares, los sistemas ciberfísicos automatizados, animados por algoritmos de aprendizaje automático, asumirán cada vez más tareas.

«Para algunas personas, la perspectiva de un futuro automatizado anuncia una época de ventajas robóticas. Para otras, supone otro fatídico paso en el camino hacia una distopía cibernética. Pero para muchas, la perspectiva de un futuro automatizado solo plantea una pregunta inmediata: ¿qué ocurrirá si un robot me quita el trabajo?»

El trabajo nos define. Determina nuestro estatus y dicta cómo, dónde y con quién pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. A través del trabajo nos valoramos y nos valoran, pero ¿estamos hechos para trabajar tanto? ¿Acaso nuestros antepasados también vivían para trabajar o trabajaban para vivir? ¿Cómo sería un mundo donde el trabajo no tuviera un papel tan determinante? Para responder a estas preguntas, James Suzman recorre la historia del trabajo, desde los orígenes de la vida en la Tierra hasta el presente más automatizado.
 

Suzman compartió más de diez años con los ju‘hoansis, bosquimanos que destacaron por haber mantenido una sociedad de alimentación hasta bien entrado el siglo XX. Solo pasaban 15 horas a la semana buscando comida y almacenaban poco para el futuro, confiando en que el entorno los proporcionaría cuanto fuera necesario.

El antropólogo revela que durante más del 95% de la historia de la humanidad, los cazadoresrecolectores llevaron vidas de abundancia y ocio, y nos desafía a considerar si la semana laboral de 15 horas del pasado podría regresar en nuestro futuro. Mientras deambulábamos por la Tierra como cazadores-recolectores, disfrutamos de más tiempo libre del que disfrutamos hoy. En una época de creciente desigualdad, mala salud e insatisfacción, Suzman presenta un pensamiento esperanzador: tal vez no tiene por qué ser así.

«Muchas veces a los ju/’hoansis les parecía bien tomarse el día libre de manera espontánea y no ir a cazar o recolectar, simplemente porque no tenían ganas. Incluso si tenían hambre, sabían que dejar de buscar comida por un día no tendría consecuencias serias. En cambio, para los agricultores tomarse un día libre porque necesitan descansar rara vez es una opción.»

Si los cazadores-recolectores aceptaban estoicamente las dificultades ocasionales, los agricultores estaban convencidos de que siempre les podía ir mejor si trabajaban un poco más. Con el tiempo, a los agricultores que dedicaban más horas les iba mejor que a los más vagos, que solo preveían una o dos contingencias que consideraban más probables.
 

Cuando en la década de 1960 los antropólogos empezaron a trabajar con sociedades de cazadores-recolectores contemporáneas como los ju/’hoansis, los bambutis y los hadzabes, lo hicieron con la esperanza de que su trabajo pudiera arrojar algo de luz sobre la manera en que vivieron nuestros ancestros en el pasado remoto. Ahora parece que ese mismo trabajo puede proporcionar algunas ideas sobre cómo podríamos organizarnos en un futuro automatizado y condicionado por limitaciones medioambientales severas.

Este libro afloja la presión que la economía de la escasez ha ejercido sobre nuestra vida laboral, y disminuye nuestra correspondiente e insostenible preocupación por el crecimiento económico. Gracias a su enfoque multidisciplinar –combina investigaciones antropológicas, arqueológicas, evolutivas, fisiológicas y económicas–, Suzman nos demuestra que, si bien hemos evolucionado para encontrar significado, propósito y disfrute en el trabajo, nuestros antepasados jamás le dedicaron tanto tiempo ni lo situaron en el centro de sus existencias.

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