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sábado, 4 de enero de 2020

4.- En 2020 descubre a KARMELE JAIO y “La casa del padre”







La casa del padre nos descubre a la escritora Karmele Jaio, en una novela que nos habla de las maneras de construir y transmitir la masculinidad y de la enorme influencia del género en la vida de mujeres y hombres.
«Mirando al espejo has tenido otra visión: además de verte a ti mismo y a tu padre, te ha parecido ver en el reflejo a otros hombres detrás. Todos tienen la cara de tu padre. Podrían ser tu abuelo, tu bisabuelo.»
Una de las voces más potentes del panorama literario vasco

NOTA DE LA AUTORA

En “La casa del padre” he intentado mostrar el desván de los personajes, sus sueños ocultos y, sobre todo, sus palabras no dichas. Esas palabras de plomo, que aparecen solo cuando baja la marea, cuando quedan a la vista las rocas escondidas bajo el agua, como dice la propia novela:
"Quizás por eso es peligroso escribir. Es una peligrosa marea baja que deja a la vista las rocas escondidas bajo el agua. Y lo que aparece no siempre nos gusta. Porque con la marea baja desaparecen las palabras que utilizamos cuando estamos a flote, las que sobreviven como una colchoneta sobre la superficie; y aparecen esas otras, las que pesan como el plomo, las que están en el fondo y solo se ven con la marea baja. Y junto a esas palabras aparecen plásticos, tetrabriks, latas de Coca-Cola oxidadas, el cartucho de una escopeta, un salvaslip hinchado como el cuerpo de un ahogado. Lo que aparece cuando escribimos no siempre nos gusta".

LA NOVELA
La de Karmele Jaio es una novela profunda y bien tramada que invita a una necesaria reflexión, tanto a hombres como a mujeres. Entre otras cosas, porque habla de la construcción social y cultural de la masculinidad o de los rígidos roles de género que todos y todas heredamos y que limitan nuestra libertad para elegir cómo queremos ser. Y también revela que a menudo la violencia de género no precisa de golpes para imponerse, que puede convivir sutilmente con nosotros, fluyendo silenciosamente como un río subterráneo bajo las baldosas de nuestra cocina o el parqué de nuestro comedor, y condicionando nuestras vidas.
Jaio logra meter el dedo en la llaga con una novela sutil e inteligente, sin maniqueísmos ni simplificaciones, que huye de las generalizaciones y que da qué pensar. Los personajes de la escritora vasca son complejos y contradictorios, y el conflicto de fondo tampoco permite una toma de partido irreflexiva hacia un lado u otro.
A través de ágiles capítulos breves la narradora alterna tres puntos de vista tan opuestos como complementarios. La historia contada a través de los ojos del escritor bloqueado Ismael y de su hermana Libe, feminista militante. Ambos relatos narrados con una sugerente segunda persona que a su vez interpela directamente al lector. Y entre ellos, se impone la voz de Jasone, en primera persona: la propia voz de la escritora postergada o relegada por su condición de esposa, madre e hija, que, sobreponiéndose a las barreras de género, se encuentra finalmente a sí misma.
«–Si te rindes tú, damos un paso atrás todas –me advirtió, seria, como si hablara de repente en nombre de todas las mujeres del mundo. Como si hablara por un  megáfono a una plaza llena de mujeres–. Es tu obra, es tu voz. No te la pueden robar.»

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