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martes, 29 de octubre de 2019

167.- La herencia emocional






La herencia emocional es un legado invisible que absorbemos y que dirige nuestra vida sin darnos cuenta.

En la actualidad nos encontramos en un momento de expansión emocional, la gente en la calle habla de sus emociones y los académicos las estudian.
Hoy más que nunca podemos entender su poder para transformar el mundo, obras como la escrita por Ramon Riera La herencia emocional, nos ayudan a ello. En ella se desgrana ese cambio emocional en la evolución humana para hacernos entender porque sentimos lo que sentimos. Además nos guía para descifrar el proceso por el cual conectamos con nuestras vivencias subjetivas, y distinguimos entre lo que se espera que sintamos y lo que sentimos de verdad.

EL AUTOR VIVE EN BARCELONA Y ESTÁ DISPONIBLE PARA ENTREVISTAS

  • ¿Sabías que los humanos, de manera continuada vamos creando y recreando las ilusiones para distraernos de nuestra mortalidad?
  • ¿Sabías que los animales salvajes no conocen el estrés postraumático, y que solo los animales que interactúan con los humanos son vulnerables a las secuelas psicológicas?
  • ¿Sabías que nuestra biología no es muy adecuada para vivir en la abundancia, y tampoco para vivir rodeados de cemento?
  • ¿Y que además nuestro cerebro está diseñado para convivir en grupos pequeños?

Ramón Riera a partir de personajes de todos los  tiempos, nos anima a descubrir esa herencia emocional para entender mejor de qué modo condiciona nuestras vidas.

Cuando nacemos no sabemos cuál debe ser nuestra respuesta emocional a lo que nos ocurre: es algo que aprendemos de nuestros padres y de nuestro entorno.
Heredamos no solo ciertos rasgos físicos, costumbres e ideas, sino también las emociones, que son la expresión espontánea y más profunda de nuestros valores. Es un legado invisible que absorbemos y que dirige nuestra vida sin darnos cuenta.
Esas emociones heredadas fueron, durante mucho tiempo, las propias de una especia amenazada que luchaba por la supervivencia. Por suerte, en las sociedades del bienestar de las últimas décadas nos es posible expresar la vulnerabilidad y conectar con las propias emociones y con las de los demás. Desarrollar la empatía nos hace más frágiles, pero nos permitirá ser mejores.

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