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viernes, 5 de octubre de 2018

32.- En carne viva Mi viaje con el Wu-Tang Clan



328 páginas • 15 x 23 cm
ISBN: 978-84-16677-93-1
PVP: 24.90 €

Fecha publicación: 15 oct.
«El clásico relato “de la miseria al éxito”: del tráfico de drogas en las calles de Nueva York durante la epidemia del crack en los ochenta, hasta lograr fama y fortuna. Una mirada nostálgica a los tiempos indómitos de la música hip-hop en Nueva York, antes de que se convirtiera en un
patio de recreo para ricos».

The Washington Post
 
LAMONT «U-GOD» HAWKINS
TRADUCCIÓN DE MILO J. KRMPOTIC
En carne viva
Mi viaje con el Wu-Tang Clan
El Wu-Tang Clan es uno de los grupos de hip-hop más importantes de todos los tiempos, y su impacto ha trascendido el ámbito meramente musical, pues la banda se ha convertido en una referencia cultural, e incluso política, que representa una actitud de desafío racial contra el orden establecido por una sociedad aún estructurada para favorecer a la población blanca. Desde su fundación en 1991, el Wu-Tang Clan ha lanzado siete álbumes, y ha vendido más de cuarenta millones de copias en todo el mundo.
Sin embargo, ningún miembro del grupo había contado su historia hasta la aparición de En carne viva. Mi viaje con el Wu-Tang Clan, escrito por Lamont «U-God» Hawkins, quien aprendió a sobrevivir en los años setenta y ochenta en las calles de los distritos más desamparados de la ciudad de Nueva York, donde la violencia era omnipresente y el futuro para un niño negro como él se cifraba, casi sin remedio, en clave de crack, armas y tragedia. Miembro fundador del Wu-Tang –si bien sólo pudo participar brevemente en el primer álbum del grupo por estar en ese momento cumpliendo condena por posesión de drogas–, ha compuesto varias de las canciones más emblemáticas de la banda.
En palabras del propio U-God: «Ha llegado el momento de que ponga por escrito no sólo mi legado, sino la historia de nueve macarras mugrientos que tomamos nuestra vida cotidiana –repartir hostias y trapichear e intentar sobrevivir en la jungla urbana de la ciudad de Nueva York– y la convertimos en algo mucho más grande de lo que hubiéramos podido imaginar, algo que nos permitió escapar para siempre de los bloques de viviendas sociales, que era lo único que deseábamos desde un principio».

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