Cartas a Lucilio
Séneca fue una personalidad de muchas facetas que abordó con relativo éxito y comprobado entusiasmo: político, gran propietario, hombre de negocios, practicante y difusor de la filosofía, orador, poeta. Su compleja personalidad se nos aparece con fallos palmarios en un maestro de moral, pero esta desconcertante escisión entre sus propuestas doctrinales y su vivir, que ha atraído y monopolizado en exceso la atención de muchos, no debe oscurecer la complejidad de su carácter y el mensaje que podemos extraer de su obra. "Las Cartas a Lucilio" forman un conjunto de 124 piezas publicadas en veinte libros. Séneca fraguó en estas cartas su obra cumbre, el testamento vital del filósofo, en el que están innumerables preocupaciones, vivencias y lecturas del autor. Son el único ejemplar que se conserva de una correspondencia filosófica en la Antigüedad y constituyen una pedagogía en acción, mostrando las técnicas que usa un maestro para hacer progresar al discípulo. Se detecta en ellas cierto método y un avanzar a pequeños pasos, como van desvelando poco a poco las complicaciones y riqueza de la doctrina.
Construir con palabras
La cultura es fuente, a veces beligerante, de identidad colectiva, y archivo de lo que cada sociedad ha vivido o imaginado, una fuente y un archivo en que los escritores tienen el poder de nombrar y de contar. En el caso de la cultura catalana, autores como Jacint Verdaguer, Joan Maragall, Salvador Espriu o Miquel Martí i Pol (considerados por muchos "poetas nacionales") han escrito y cedido palabras que luego han sido esenciales a la hora de establecer, mantener y reproducir la idea de comunidad. A cambio, han obtenido un importante reconocimiento público. Este es o quiere ser un libro de historia cultural. Y un libro, como reza su subtítulo, sobre escritores, literatura e identidad: el último siglo y medio puede ser visto como un largo esfuerzo de la cultura catalana por "ser", y en ese esfuerzo lo literario ha jugado siempre un papel destacado. "Construir con palabras. Escritores, literatura e identidad en Cataluña (1859-2019)" estudia el papel clave de textos, autores, editores, traductores, críticos, organizaciones, instituciones, revistas y certámenes, de todos los agentes del sistema literario, vistos de forma vinculada y dinámica, en la configuración de la cultura catalana contemporánea. Y lo hace siguiendo la máxima de que la tradición no consiste en adorar cenizas, sino en mantener vivo un fuego
Poesía política
En Neruda, la solidaridad humana, la preocupación social y la ideología se amalgaman en apretada y constante síntesis durante toda su vivencia existencial y trayectoria literaria. A partir de la etapa juvenil existe una relación directa del poeta con el mundo y, andando el tiempo, se borrará cualquier distinción entre un motivo exquisitamente intimista y otro surgido de la vida cotidiana y de la historia actual. No es menos sincero Neruda hablando de sí mismo que tratando sobre política, ya que esta última traduce la voluntad del yo que anhela identificarse plural y colectivamente. Pretende el poeta que el ejercicio literario no prescinda del interés por el pueblo y su lucha en favor de los derechos humanos; o, mejor, que el hombre de letras, el artista, no renuncie a su mirada hacia los demás. Con el tiempo, esta sencilla invitación se transformará en un axioma, a veces en un verdadero dogma, que Neruda reitera hasta el final de su vida. Esta antología reúne los textos fundamentales de la poesía política de Neruda, cuya lectura, más de cuarenta años después, sirve para evidenciar lo que queda de auténtico y genuino de la poesía política de un autor que se adhirió al marxismo, participó con su voz y presencia en los grandes acontecimientos de la historia del siglo XX, como la guerra civil española, luchó contra las dictaduras de Chile y asistió a los terribles eventos del segundo conflicto mundial.
La competencia de lo falso
Tradiciones inventadas. Pintores que no existen. Libros que debieran haber existido. Identidades tomadas en préstamo. La rica cultura de lo falso se ha tejido a la sombra de diferentes regulaciones de la verdad destinadas a delimitar qué es ficción y qué realidad. Hoy sabemos que son la misma cosa, y que la ficción funda realidades, que tiene voluntad pública, cuestionando la común interpretación de lo verdadero. La gestión de la verdad y de sus formatos es la base de toda autoridad. El "fake" surge precisamente para cortocircuitarla, explorando sus quimeras lingüísticas.
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