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martes, 23 de enero de 2018

116.- FALLECE A LOS 103 AÑOS EL POETA Y ACADÉMICO NICANOR PARRA




FALLECE A LOS 103 AÑOS EL POETA Y ACADÉMICO NICANOR PARRA

Poeta, antipoeta, físico, matemático, académico, además de muchas otras cosas, Nicanor Parra ha dejado huérfana a la literatura chilena más irreverente y avanzada.

Durante su vida recibió numerosos reconocimientos y fue candidato al Premio Nobel de Literatura en diversas ocasiones.

Entre sus premios y galardones cabe destacar:

-Premio Nacional de Literatura de Chile por Obra gruesa, en 1969
-Premio Internacional Juan Rulfo, en 1991
-Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2000
-Finalista del Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 2010
-Premio Cervantes, en 2011

Su voz de autor, singular y múltiple, le asignó un inesperado papel de “antipoeta”, que el acertado título de su libro le obligó a asumir: Poemas y antipoemas (1954), que en edición de René de Costa publicó Ediciones Cátedra en 1988.

Poemas y antipoemas revolucionó la poesía y la manera de poetizar en todo el mundo hispanohablante. El discurso está constituido por saltos, exabruptos y reflexiones imprevistas. La voz natural del cantor lírico se transformó en la de un antilírico adversario de sí mismo.

“Los antipoemas de Parra no son otra cosa que poemas, poemas nuevos que se nutren del lenguaje hablado y del lenguaje poético tradicional, ironizándolo. […] A partir de Poemas y antipoemas varía nuestro concepto del mundo poético […] su lectura es como una ducha fría que nos permite entrar renovados y lúcidos en nuestra vida” (René de Costa)

 
 

 
 NOTAS DE VIAJE

Yo me mantuve alejado de mi puesto durante años
Me dediqué a viajar, a cambiar impresiones con mis interlocutores

Me dediqué a dormir
Pero las escenas vividas en épocas anteriores
Se hacían presentes en mi memoria.
 
Durante el baile yo pensaba en cosas absurdas:
Pensaba en unas lechugas vistas el día anterior
Al pasar delante de la cocina,
Pensaba un sinnúmero de cosas fantásticas relacionadas con mi familia;

Entretanto el barco ya había entrado al río
Se abría paso a través de un banco de medusas.
Aquellas escenas fotográficas afectaban mi espíritu.
Me obligaban a encerrarme en mi camarote;
Comía a la fuerza, me rebelaba contra mí mismo,
Constituía un peligro permanente a bordo
Puesto que en cualquier momento podía salir con un contrasentido.

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