Atenta y cariñosa, Juliette se entrega en cuerpo y alma a los demás, pero a veces se olvida de sí misma. Esta enorme vocación hace que los pacientes del hospital la consideren mucho más que una enfermera. Y así se entrega también a Roméo, un joven bombero que acaba de ser ingresado tras entrar en coma al precipitarse de un piso en llamas cuando salvaba a un niño. Con suma ternura, Juliette lo acompaña durante todo ese tiempo en que él bucea en la oscuridad.
Cuidar de los demás permite a la enfermera abstraerse de sus propios problemas, de su batalla interior. Juliette ansía ser madre, pero la naturaleza le niega ese deseo que empieza a convertirse en una obsesión para ella. Además, en casa, su pareja no la entiende e incluso la menosprecia y la humilla. Los momentos junto a Roméo, que lucha por sobrevivir y recuperarse, la insuflan de vida y se convierten en un soplo de esperanza que conlleva toda una lección: para ser feliz lo importante es mirar hacia dónde vamos y no de dónde venimos.
Con un talento innato, Agnès Ledig nos sumerge en un mar de emociones junto a unos personajes que se tienden la mano cuando la vida hiere y aprenden juntos a mirar hacia delante. Una novela inspiradora que brilla por su autenticidad y vitalidad y te envuelve en un cálido abrazo
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