CELEBRACIÓN DEL 50 ANIVERSARIO DE LA CONCESIÓN DEL NOBEL DE LITERATURA A
MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Miércoles, 18 de octubre, 20 h
Participan
Winston Manrique
Gastón Segura
El 19 de octubre, Miguel Ángel Asturias cumpliría 118 años, y ese mismo día de 1967 se le otorga el Premio Nobel de Literatura
“Venía de la más remota América. Mucho más allá de los bananos, dictadores y quetzales, a la que podía volverse en quince días de navegación oceánica. Era el asombrado y asombroso sobreviviente de un largo viaje que atravesaba siglos, edades y cataclismos. Había pasado a través de toda la colonización española, había sufrido el difícil acomodamiento de lo indígena con lo hispano, había oído las lenguas de antes del diluvio que se habían conservado en los claros de la selva tropical, hablaba un castellano de Pedro de Alvarado o de Bartolomé de las Casas y se guardaba en silencio, con un silencio de brujo de Copán que agurda la vuelta de Quetzalcóatl”
Miguel Angel Asturias en la recepción del Premio Nobel
Nació el 19 de octubre de 1899 en la ciudad de Guatemala y murió, en Madrid, el 9 de junio de 1974. Se le concedió, en 1967, el Premio Nobel de Literatura por su novela El Señor Presidente; modelo de cuantos relatos se han ocupado de los dictadores sudamericanos. Pero si por algo merece ser recordado, es por ser el creador del «realismo mágico».
Aunque se crió en Guatemala, los acontecimientos políticos le llevaron a vivir gran parte de su vida en el extranjero. Así, durante su primera estancia en París, en la década de los años veinte, estudió las religiones precolombinas mientras se empapaba de las vanguardias, conjunción de elementos que marcará toda su obra literaria.
Retornó a Guatemala en la década de los treinta, pero la abandonaría definitivamente tras el golpe de Estado, de 1954. A partir de ahí, se tornaría un exiliado, con un breve periodo como embajador de su país ante la República Francesa (1966-1971).
Entre su obra narrativa, aparte de El Señor Presidente(1945), sobresalen Hombres de maíz (1949), Mulata de tal (1963), Maladrón (1969) y la Trilogía bananera, compuesta por Viento fuerte (1950), El Papa Verde(1954) y Los ojos de los enterrados (1960); además, legó una notable obra cuentística entre la que destaca Leyendas de Guatemala (1930). También editó poemarios, como Clarivigilia primaveral (1965), y teatro, del que cabe reseñar Soluna (1955) y La audiencia de los confines (1957).
Además del Nobel, fue galardonado con el Premio Lenin (1966) y el Premio William Faulkner (1962).
La Editorial Dracena ha publicado la Trilogía bananera de Miguel Ángel Asturias compuesta por: Viento fuerte, El Papa Verde y Los ojos de los enterrados
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