Toño Ciruelo
Evelio Rosero
Si hay algo que distingue al asesino es su entorno, quienes le rodean. Y para saber más sobre Toño Ciruelo, ese personaje fascinante y odioso que irrumpe ante el lector de manera torrencial, el narrador, su amigo Eri Salgado, testigo
aterrado pero complaciente, cronista de la historia del monstruo y también víctima espiritual de sus andanzas, debe empezar por la raíz. Su relato se remonta a la infancia y juventud, al colegio y la universidad, al trabajo, a los hechos nimios y complejos que configuran el rostro del monstruo.
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