«No hay nada que no merezca la mirada de Wagner. Es la mirada de un experto que sabe perderse». Die Welt
Barrio a barrio, calle a calle, descubrimos —en la estela de otros famosos flâneurs berlineses que le precedieron: Walter Benjamin, Franz Hessel o Siegfried Kracauer— cómo es el Berlín de hoy en día. David Wagner pasea por la ciudad casi siempre solo, aunque no rehúye la compañía en ocasiones, y responde ejemplarmente a una pregunta que todos nos hacemos: ¿qué es la ciudad hoy?
Wagner se topa una y otra vez con las ruinas de la historia alemana, mientras relata de un modo magistral cómo es la ciudad en el presente y cuánto ha cambiado en los últimos diez años. Trabaja como portero en pruebas en el conocido Flittchenbar, se encuentra con los zorros de la Isla de los Pavos Reales o con un alcalde con aspecto cansado junto a alguien disfrazado de oso, o visita las aulas universitarias donde estudió. Deambula tanto por la periferia como por el antiguo Oeste, se aleja de las zonas en obras y recuerda las parcelas antaño vacías.
David Wagner es un verdadero caminante urbano, lleva recorriendo Berlín de una punta a otra desde que tenía veinte años, «en un estado de semitrance que lleva aparejado el deseo de ofrecer una meticulosidad sin ensoñaciones», como señaló el semanario Die Zeit.
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