Paisaje
Ricardo
Martínez-Conde
Ediciones
Vitruvio, 2016
Por Francisco
J. Castañón
Paisaje es el último
poemario publicado por Ricardo Martínez-Conde, autor de una extensa obra
poética escrita en castellano y gallego. Un poeta con un estilo magníficamente
definido. Una voz poética personalísima, sin ambages ni artificios
altisonantes, que ahora nos invita a adentrarnos en este Paisaje para conocer y atisbar los territorios por donde transita
su poesía. Una poesía diáfana, sencilla y pausada, tal como mira este
espléndido poeta las cosas comunes del mundo que nos rodea. De cada objeto o
entidad de ese limitado universo en que existimos, el poeta entresaca la
materia prima con la que va construyendo meticulosamente poemas tan bellos como
‘Tenéis el privilegio de ser, y no sois’,
‘Ella, 1920’, o ‘Miradme hojas’.
La poesía de este libro está llena, en
efecto, de serenidad y calma. Como ha apuntado Gustavo Travi, los versos de
este poeta -y Paisaje no es una excepción-,
son un bálsamo, un ámbito de sosiego donde encontramos una poesía que entra en
nuestro ánimo e intelecto con afable sutileza. Calma y serenidad como
constantes de esta poesía frente a nuestra sociedad del vértigo. Considerar y
contemplar la realidad, deteniéndonos en el sentir y el latir de cada uno de
sus elementos. Y hacerlo de “esa manera lenta”, con ese ritmo hecho a la medida
del poeta, para conseguir la armonía deseada con nuestro universo inmediato,
cuya materialidad trasciende por medio de la poesía.
Martínez-Conde es un hábil y experimentado
artesano de la palabra. De esta forma, en Paisaje
cada palabra tiene su cometido, un significado escogido adrede, nada se deja al
azar en el discurso poético. La palabra tiene aquí un trasfondo preciso para
trazar e interpretar el mapa de ese Paisaje
intrínseco del que el poeta quiere hacernos participes, donde hallamos
emoción y sensibilidad pero también reflexión profunda y prospección
filosófica. Todo ello, aderezado de un lirismo equilibrado y un tono coloquial
que imprime cercanía con el lector. Para este autor, la complicidad y una
comunicación sincera con quien desea aproximarse a sus versos es esencial.
Porque la poesía de Martínez-Conde es una poesía que dialoga, pero también que
escucha.
Varios
son los temas que surgen y los interrogantes que plantea este autor en sus
poemas, para componer sus
cavilaciones y celebrar ese vivir cotidiano,
pero consciente, de la realidad.
La sombra del tiempo, el cielo y el destino, la soledad, el miedo, la
esperanza, el viaje como aprendizaje o mirar la vida pensando en las nubes son
algunas de las cuestiones de fondo que se abordan en este poemario, donde el
poeta vuelve la vista, casi de continuo, hacia la naturaleza y, sobre todo, al
mar, a ese mar que, en palabras de este poeta “Es casi azul y casi amigo”.
La
poesía de Paisaje es una poesía
sapiencial. Detrás de esa buscada sencillez, de esa serena reflexión, hay una
teoría personal de la existencia. Como el poeta y filosofo Lucrecio, a quien el
autor dedica un poema, Martínez-Conde toma “…de cada cosa el ser /… de cada nombre el nombre”. En estos versos
hay conocimiento, la síntesis de un quehacer intelectual y por supuesto
experiencia vital. “Pensó en la realidad.
Pensó en la incerteza./ Lo que sucede es una renovación, una/ revelación”, escribe
el poeta.
Por
otro lado, el lenguaje de este poemario ha sido cuidado con esmero. Una
minuciosidad que quiere dar al léxico, a la palabra, un valor no solo expresivo
sino también cultural. En el poema dedicado a Emilie Dikinson alcanza su cénit
esta idea: la palabra adecuada para la expresión exacta. Asimismo, llama
poderosamente la atención el empleo del paréntesis como recurso, a través del
cual el poeta está presente en el poema. A lo largo del libro encontramos al
autor dilucidando, esclareciendo sus versos desde la distancia que toma con el
texto al resguardo del paréntesis. Un ejemplo: “Le digo al viento, ven. Y no viene / (Desearía
tenerle por un momento / cerca, sentirle para que diese valor / a lo que
pienso; o me piensa) / No viene, pero ha de ser así.”
La poesía de Ricardo Martínez-Conde es una
poesía elegante y de manera elegante resuelve la ecuación creativa que se
plantea en cada poema de este Paisaje.
Estamos ante un libro donde hay poesía de calidad, pero donde también podemos
hallar una poesía genuina y sincera. Aquí la poesía es parte inseparable del Paisaje, de este Paisaje que ha dibujado con palabras para nosotros Martínez-Conde.
Un libro donde la palabra, como apunta el poeta, “cuenta, canta, escucha, construye”. Un libro que bien merece ser
leído.
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