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lunes, 25 de abril de 2016

167.- REVISTA LITERATURAS.COM 'LA ULTIMA MODELO' Franck Maubert






Franck Maubert
La última modelo
Acantilado, 2016.
105 págs.


Por Francisco José Peña Rodríguez


La última modelo resulta una novela corta que está más cerca de la non fiction novel que de la novela convencional. Esa es la propuesta que el narrador Franck Maubert (Francia, 1955) desarrolla en esta novela de 2012 que ve ahora la luz España y narra la historia de Caroline, musa del escultor Alberto Giacometti (1901-1966).

Maubert, además especialista en arte y excelente ensayista centrado en la pintura del siglo XX, teje en esta obra breve, de excelente factura narrativa y notable acción la historia de amor del escultor y su última musa. A lo largo de las escasas cien páginas aborda un amor desparramado, intenso y desmesurado por una joven de provincias, abandonada por su familia y prostituta a la que hace su musa y modelo (léase “Caroline sobre fondo blanco”, en óleo sobre lienzo, 1965) y por la que deja a su mujer.

A partir de una entrevista con una Caroline ya anciana, que vive apartada del mundanal ruido en la costa, la voz narrativa nos lleva a los lances amorosos y artísticos del pasado entre Giacometti y su musa (realmente Yvonne-Marguerite Poiraudeau); a la que elige incluso frente a la deseada Marlene Dietrich, que persigue al escultor sin darse por vencida.

Esta narración en primera persona, además de los excelentes diálogos fluye con naturalidad, recreando un recuerdo, un amor ausente, vivido treinta años antes de la acción narrativa. La obra, corta insisto, viene a suponer en mi opinión una novela que no sólo rompe con la denominada y preponderante ‘nueva novela’ francesa, sino que aventura poéticas diferentes, con temas también sugerentes. Además, Maubert enlaza a la perfección novela y arte, realidad y ficción, realidad y deseo, sin que la poderosa presencia de Giacometti ─muerto en el tiempo de la acción narrativa─ eclipse la frágil, pero fascinante, figura de Caroline.

Los diálogos que he referido fluyen con la naturalidad del diálogo del siglo XVI: una voz predomina, la de Caroline, pero la del narrador-protagonista dirige la acción hacia los caminos del pasado que dan razón y sentido al fluir narrativo. Maubert no escatima en intensidad, pero huye de lo superfluo y de ahí que una novela corta resulte tan intensa para el lector. Se nos cuela de fondo la ciudad, el clima, el ruido… pero todo queda en sordina frente a lo que Caroline nos tiene que decir.


Acantilado, en una edición muy cuidada y traducida por Juan Díaz de Atauri, acierta al proponer temas que se evaden de lo policial, lo histórico-medieval o de su línea memorialística ─imprescindible igualmente─ editando ahora  La última modelo (2012). 

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