El escritor Juan Manuel de Prada presenta en la Fundación Caja Castellón “Morir bajo tu cielo”
- Uno de los episodios más heroicos y desconocidos de la historia de España narrado por uno de los escritores más brillantes de la literatura contemporánea: el desastre del 98 y la pérdida de Filipinas en la nueva entrega literaria de Juan Manuel de Prada.
- “Curiosamente muy semejante a la situación que yo relato en ‘Morir bajo tu cielo’; vivimos en un régimen político que tiene insatisfecha a mucha gente y hace que cada vez sea más inviable. La sociedad está harta de mentiras y la crisis ha agudizado esto”, afirma.
El escritor Juan Manuel de Prada ha presentado hoy en Castellón su última novela Morir bajo tu cielo. Invitado por la Fundación Caja Castellón al ciclo “Condición Literal” ha conversado con los lectores de este trabajo ambientado en el momento en que España pierde Filipinas en beneficio de Estados Unidos y la numantina resistencia que quinientos soldados españoles (los conocidos como los “últimos de Filipinas”) ofrecen a las fuerzas independentistas del archipiélago asiático.
"Morir bajo tu cielo" es una obra inspirada en un acontecimiento histórico real "pero nada más que inspirada". En ningún momento pretende ser una reconstrucción exacta de lo ocurrido”, ya que De Prada piensa que “la misión del arte no es hacer crónica fidelísima de la historia… Concebí una idea seguramente descabellada e irrealizable: describir una especie de Episodios Nacionales, empezando por el Desastre del 98 hasta nuestros días. Escribir una novela, cada diez años, de Historia española. Pero es algo que ahora mismo no me planteo con seguridad, porque esta novela me ha dado un trabajo brutal”.
“Siempre me llamó la atención Filipinas porque es un país que durante tres siglos fue parte de España y con el que hoy, prácticamente, no mantenemos ninguna relación especial. En cincuenta años, los americanos devastaron todo el legado español. Nunca hubo militares y apenas colonos. Fueron los frailes los que la evangelizaron y la organizaron”
En “Morir bajo tu cielo” el autor hace una crítica despiadada a la Restauración: “Fue una época nefasta. Se repartieron el poder liberales y conservadores que se cambiaban el gobierno cada pocos años y dejaron fuera a los carlistas y a todas las fuerzas obreras; lo que llevó a una corrupción política monstruosa… de alguna manera yo creo que nuestra época tiene una serie de características semejantes a la de la Restauración. No olvidemos que la Transición es un proceso político muy semejante; es un proceso en el cual cierras en falso unas heridas causadas por la guerra, las cierras dejando fuera a mucha gente (los carlistas en un caso y los republicanos en el otro) e inmediatamente se convierte en un régimen que, bajo una apariencia democrática, es un régimen oligárquico de reparto de poder con unas estructuras muy férreas, donde el pueblo se convierte en una especie de comparsa que sufre las consecuencias de los errores políticos”.
Y añade que “vivimos en un régimen político que tiene insatisfecha a mucha gente y hace que cada vez sea más inviable. La sociedad está harta de mentiras y la crisis ha agudizado esto. Cuando sabes que tienes políticos corruptos, irresponsables, que hay instituciones que te exprimen… pero tienes un trabajo y vas viviendo, la gente lo llevaba más o menos bien. Ahora, falta la morfina que mantenía a la gente tranquila y se están disparando las alarmas. Hay un hastío del régimen de 1978… solo espero que lo que venga sea constructivo. El problema es que cuando quieres quitar las malas hierbas de un campo puedes cargarte la cosecha”.
También hay una crítica a la vieja tentación de la Iglesia de acercarse al poder: “El Estado lo que quiere es tener un poco a la Iglesia a su servicio. Es lo que está ocurriendo hoy también. Es muy complicado. La Iglesia tiene una fuerza enorme porque es un poder espiritual y el poder sobre las almas es un poder formidable, porque no se basa en el dinero. Los gobernantes siempre han querido tener controlada a la Iglesia porque temen ese poder espiritual y siempre han querido ejercer un control sobre ella que llegue hasta donde se pueda, generalmente a través de los presupuestos del Estado… En la novela también hay una crítica a esta dinámica que es muy propia del Estado liberal, que desamortiza bienes a la Iglesia pero a cambio le da una asignación en los presupuestos. Es una manera de tenerla controlada”.
Se observan importantes críticas al ejército que debe ser, en opinión del escritor, “deben ser populares, deben armarse y organizarse para hacer frente a las agresiones externas por patriotismo de la gente. En cambio, estos ejércitos permanentes son mucho más sospechosos de estar al servicio del gobernante de turno y en una época como la presente en la que los gobiernos obedecen a intereses sospechosos y sórdidos el papel de los ejércitos a mí me parece todavía más dudoso, porque al final el ejército se convierte en un pelele del poder político”.
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