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jueves, 30 de abril de 2015

281.- Berenice presenta Siebenkäs, de Jean Paul Richter

 



Una obra decisiva del inventor de la ironía moderna
En esta novela crea Richter la figura del 'doble' literario que inspiró a Dostoievski o Borges
Estuvo muy de moda a principios del siglo XX en España y Unamuno intentó traducir varias de sus obras, pero desistió
30 de abril de 2015 “Un autor genial que nadaba como nadie entre los antagonismos. Un gran humorista”, así definía el escritor Hermann Hesse a Jean Paul Richter (1763-1825), autor de Siebenkäs, la nueva novela que acaba de publicar la editorial Berenice dentro de su colección de Clásicos. 
Su rastro es evidente en la literatura de Hoffman, Dostoievski, Thomas Mann, Hesse, Robert Walser, Borges, Gunther Grass o Claudio Magris, y su paso por la vida dejó una huella indeleble, como así lo atestigua el autor de El lobo estepario en el prologo de esta edición: “Fue, más que ningún otro de su época, el más querido por el pueblo alemán, sobre todo por l as mujeres; la juventud estaba embriagada por su obra y su persona. Sobre sus libros se derramaron lágrimas, se crearon amistades y se hicieron promesas sagradas y sobre su persona se contaron innumerables leyendas.” 
Jean Paul es una figura decisiva de la literatura alemana, y por extensión de la europea. Es el que abre la literatura al sinsentido, a lo onírico, a la ironía humorística, al espanto ordinario, a la metaliteratura... Se le considera filosóficamente uno de los padres del nihilismo y su influencia en el romanticismo es muy fuerte, y con su estilo inclasificable anticipó gran parte de las audacias de la literatura moderna, especialmente el uso de una ironía plenamente moderna.
En Siebenkäs el autor crea la figura del “doble” que después se ha utilizado innumerables veces, y que ha inspirado obras centrales de la modernidad literaria, afirma el director literario de Berenice, David González Romero, para quien Richter “desafió de una manera absolutamente original los límites de la estructura de la novela como se entendía hasta ese momento y revolucionó el género de cara a la modernidad posterior”. 
'Traducir a Richter siempre es un reto, debido a su estilo inclasificable y su alemán lleno de paradojas, humor, ironía. Richter estuvo muy de moda a principios del siglo XX en España y Unamuno intentó traducir varias de sus obras, pero desistió. Lo que se tradujo entonces fue poco, y de sus novelas casi nada, porque interesaba más su obra, digamos, digresiva. Nos parece absolutamente necesario que estas obras estén traducidas, porque es un clásico absoluto del romanticismo y del humor y un revolucionario de la novela', añadió el editor González Romero.

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