Las
causas ocultas de la guerra de Ucrania
Los
casos Pescanova, Panrico y otros en España
El
hambre generada por el biodiesel…,
Son
algunos de los asuntos que analiza Gustavo Duch en su nuevo libro: No vamos
a tragar
PRESENTACIÓN EN BARCELONA, 6 de mayo en la librería Alibri, C/ Balmes
26, a las 19,30.
Hablarán
del libro la escritora Rosa Regàs y el investigador y director de GRAIN, Henk Hobbelink, Premio Right Livelihood (CONSIDERADO EL Premio Nobel del mundo
Alternativo).
PRESENTACIÓN
EN MADRID, 28 de mayo, en la librería La Marabunta, C/ Torrecilla del Leal,
32
Hablará
del libro la periodista Olga Rodríguez
|
El
autor de “Lo que hay que tragar” (cuatro ediciones) y “Alimentos bajo sospecha”
lanza un nuevo libro que ilumina muchos aspectos desconocidos de la actual
crisis de alimentos en pleno siglo XXI.
Un
libro que, además, trata con amplitud la fórmula de la Soberanía Alimentaria
como método de oposición a la gravísima catástrofe que padece la agricultura
mundial.
Gustavo Duch nos dice:
NO VAMOS A
TRAGAR
(Colección El rojo y el
negro de Los libros del lince)
Con un
modelo capitalista que hoy, más rotundamente que nunca, es el responsable del
hambre del siglo XXI.
- Hambre que se genera porque en las bolsas internacionales, los
fondos de inversión especulan con los granos que constituyen la base
de la alimentación humana. Del año 2010 al 2011, según el Banco
Mundial, más 44 millones de personas han aumentado las listas de personas
que pasan hambre.
- Hambre porque se expulsa a las gentes campesinas de sus tierras,
en un nuevo fenómeno de acaparamiento generalizado de tierras por parte,
también, de los fondos de inversión, que convierten la tierra fértil en un
elemento especulativo, o porque los países más poderosos las compran para
asegurar la alimentación de su población. El último caso denunciado tiene
mucho que ver con la crisis
de Ucrania, pues a principios de año los países ricos
compraron una superficie equivalente a Galicia de las mejores tierras
fértiles de aquel país. En los países más pobres del Planeta ya han sido
'robadas' tierras campesinas por un total equivalente a la mitad de tierra
fértil disponible en Europa. El 70% de las personas que pasa hambre son,
en muchos sentidos, 'exiliados rurales'.
- Estos fenómenos de acaparamiento también está presentes en
España, de una forma más sibilina, pero en los últimos años lo0s
empresarios de los Emiratos Árabes están comprando la alfalfa (y las
empresas que la deshidratan) que se producen en 175,000 hectáreas
repartidas por el territorio español; también estamos viendo el interés de
capital ruso y chino por apropiarse de bodegas y almazaras...
La
alimentación de nuestro país cada vez depende más de alimentos que llegan de
fuera, más del
60% de todo lo que comemos, y no son solo 'frutas tropicales'
- Importamos legumbres como lentejas y garbanzos que podemos
producir; importamos el 65% de las patatas que consumimos y
mayoritariamente son patatas viejas que llegan de Francia; importamos en
verano, cuando nuestros campos están en el mejor momento productivo, tomates
de invernaderos de Holanda que arruinan a nuestros payeses; importamos
panga de Vietnam, merluzas y atún de África, etc., porque
nuestros mares ya solo pueden abastecernos en un 30% del total del pescado
que consumimos; etc.
- Es un manicomio alimentario.
Los
países industrializados también corremos el riesgo de llegar a un colapso
alimentario, aunque nadie lo diga.
- Como país, somos vulnerables desde el punto de vista alimentario,
y podemos tener problemas a medio plazo si surgen nuevas burbujas en
los mercados alimentarios. Con economías en crisis, en la medida en
que suba el precio de los alimentos (que subirá por la caída productiva
del petróleo), no podremos competir con otros países que acudan a los
mismos mercados.
- La crisis también está afectando a las
empresas del sector agroalimentario español (Pescanova, Panrico,
Deoleo) porque se han endeudado por encima de sus posibilidades. ¿Qué
comeremos cuando cierren Pescanova, Campofrio y Eroski?
La
Unión Europea está negociando, en secreto, un tratado de libre comercio con los
EEUU que de cerrarse pretende, dicen que para favorecer la economía, igualar
las normativas sanitarias. etc. Eso supondrá que habrá que ir aceptandop en
Europa la permisiva legislación vigente en los EE.UU., debido a lo cual
aumentará en nuestro plato la presencia de alimentos transgénicos, pollos
clorados o carne engordada con las actualemente prohibidas hormonas de
crecimiento.
¿Podemos
cambiar nuestro destinio, el del mundo?
Si
lo intentamos, sí podemos.
Por
ejemplo, podemos alcanzar nuestra Soberanía Alimentaria. Un estudio para Catalunya, que
puede extenderse a otros territorios peninsulares y europeos, explica que
disponemos de tierra fértil suficiente para alimentar a toda la población, sin
la obligación de comprar alimentos importados. Además el estudio explica que:
- aunque parezca imposible, todos los alimentos podrían
producirse con una agricultura de secano y ecológica.
- gracias a lo cual se generarían muchos puestos de trabajo, ruralizando
una economía, que se olvidó de que el sector primario es -como dice su
propio nombre- el principal sector para asegurar la sostenibilidad de un
país.
- La vuelta al campo, por parte de gente joven, es ya una realidad. Se trata de un proceso cargado de ideología pues, como decía
Gandhi, 'lo más revolucionario es plantar un huerto', en alusión a la
importancia de recuperar soberanía y autonomía propia; en nuestro caso,
economías propias frente a un modelo globalizado y de pocas corporaciones.
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