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domingo, 4 de mayo de 2014

28.- "No vamos a tragar" de Gustavo Duch delata la nueva crisis alimentaria mundial y explica sus causas y soluciones





Las causas ocultas de la guerra de Ucrania
Los casos Pescanova, Panrico y otros en España
El hambre generada por el biodiesel…,

Son algunos de los asuntos que analiza Gustavo Duch en su nuevo libro: No vamos a tragar

PRESENTACIÓN EN BARCELONA, 6 de mayo en la librería Alibri, C/ Balmes 26, a las 19,30.
Hablarán del libro la escritora Rosa Regàs y el investigador y director de GRAIN, Henk Hobbelink, Premio Right Livelihood (CONSIDERADO EL Premio Nobel del mundo Alternativo).

PRESENTACIÓN EN MADRID, 28 de mayo, en la librería La Marabunta, C/ Torrecilla del Leal, 32
Hablará del libro la periodista Olga Rodríguez




El autor de “Lo que hay que tragar” (cuatro ediciones) y “Alimentos bajo sospecha” lanza un nuevo libro que ilumina muchos aspectos desconocidos de la actual crisis de alimentos en pleno siglo XXI.

Un libro que, además, trata con amplitud la fórmula de la Soberanía Alimentaria como método de oposición a la gravísima catástrofe que padece la agricultura mundial.

Gustavo Duch nos dice:


NO VAMOS A TRAGAR
(Colección El rojo y el negro de Los libros del lince)



Con un modelo capitalista que hoy, más rotundamente que nunca, es el responsable del hambre del siglo XXI.

  • Hambre que se genera porque en las bolsas internacionales, los fondos de inversión  especulan con los granos que constituyen la base de la alimentación humana. Del año 2010 al 2011, según el Banco Mundial, más 44 millones de personas han aumentado las listas de personas que pasan hambre.
  • Hambre porque se expulsa a las gentes campesinas de sus tierras, en un nuevo fenómeno de acaparamiento generalizado de tierras por parte, también, de los fondos de inversión, que convierten la tierra fértil en un elemento especulativo, o porque los países más poderosos las compran para asegurar la alimentación de su población. El último caso denunciado tiene mucho que ver con la crisis de Ucrania, pues a principios de año los países ricos compraron una superficie equivalente a Galicia de las mejores tierras fértiles de aquel país. En los países más pobres del Planeta ya han sido 'robadas' tierras campesinas por un total equivalente a la mitad de tierra fértil disponible en Europa. El 70% de las personas que pasa hambre son, en muchos sentidos, 'exiliados rurales'.
  • Estos fenómenos de acaparamiento también está presentes en España, de una forma más sibilina, pero en los últimos años lo0s empresarios de los Emiratos Árabes están comprando la alfalfa (y las empresas que la deshidratan) que se producen en 175,000 hectáreas repartidas por el territorio español; también estamos viendo el interés de capital ruso y chino por apropiarse de bodegas y almazaras...

La alimentación de nuestro país cada vez depende más de alimentos que llegan de fuera, más del 60% de todo lo que comemos, y no son solo 'frutas tropicales'

  • Importamos legumbres como lentejas y garbanzos que podemos producir; importamos el 65% de las patatas que consumimos y mayoritariamente son patatas viejas que llegan de Francia; importamos en verano, cuando nuestros campos están en el mejor momento productivo, tomates de invernaderos de Holanda que arruinan a nuestros payeses; importamos panga de Vietnam, merluzas y atún de África, etc., porque nuestros mares ya solo pueden abastecernos en un 30% del total del pescado que consumimos; etc.

  • Es un manicomio alimentario.

Los países industrializados también corremos el riesgo de llegar a un colapso alimentario, aunque nadie lo diga.

  • Como país, somos vulnerables desde el punto de vista alimentario, y podemos tener problemas a medio plazo si surgen nuevas burbujas en los mercados alimentarios. Con economías en crisis, en la medida en que suba el precio de los alimentos (que subirá por la caída productiva del petróleo), no podremos competir con otros países que acudan a los mismos mercados.
  • La crisis también está afectando a las empresas del sector agroalimentario español  (Pescanova, Panrico, Deoleo) porque se han endeudado por encima de sus posibilidades. ¿Qué comeremos cuando cierren Pescanova, Campofrio y Eroski?

La Unión Europea está negociando, en secreto, un tratado de libre comercio con los EEUU que de cerrarse pretende, dicen que para favorecer la economía, igualar las normativas sanitarias. etc. Eso supondrá que habrá que ir aceptandop en Europa la permisiva legislación vigente en  los EE.UU., debido a lo cual aumentará en nuestro plato la presencia de alimentos transgénicos, pollos clorados o carne engordada con las actualemente prohibidas hormonas de crecimiento.

¿Podemos cambiar nuestro destinio, el del mundo?

Si lo intentamos, sí podemos.
Por ejemplo, podemos alcanzar nuestra Soberanía Alimentaria. Un estudio para Catalunya, que puede extenderse a otros territorios peninsulares y europeos, explica que disponemos de tierra fértil suficiente para alimentar a toda la población, sin la obligación de comprar alimentos importados. Además el estudio explica que:
  • aunque parezca imposible, todos los alimentos podrían producirse con una agricultura de secano y ecológica.
  • gracias a lo cual se generarían muchos puestos de trabajo, ruralizando una economía, que se olvidó de que el sector primario es -como dice su propio nombre- el principal sector para asegurar la sostenibilidad de un país.
  • La vuelta al campo, por parte de gente joven, es ya una realidad. Se trata de un proceso cargado de ideología pues, como decía Gandhi, 'lo más revolucionario es plantar un huerto', en alusión a la importancia de recuperar soberanía y autonomía propia; en nuestro caso, economías propias frente a un modelo globalizado y de pocas corporaciones.



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