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Los reyes poetas
En Los reyes poetas Catherine
François reconstruye la vida de las cortes literarias de Almería y de
Sevilla en el siglo XI con absoluta fidelidad a los hechos históricos.
Su relato dramatizado consigue encarnar personajes hasta hoy difusos en
escenas llenas de emoción y pone de manifiesto el papel de la poesía en
la política de la época. Sorprende la precisión con que una autora
extranjera se adentra en una parte compleja de la historia española,
convirtiéndola en materia poética de primer orden.
Los reyes poetas,
de Catherine François, se sitúa en el último tercio del siglo XI,
setenta años después de la muerte de Almanzor, que provocó la
fragmentación de al-Ándalus en veintisiete reinos de taifas e inauguró una
etapa regida por los recelos, contiendas y conquistas.
La coalición cristiana aprovechó esta
disgregación para imponer nuevos impuestos a los mandos musulmanes y
realizar importantes avances territoriales que culminarían en la
conquista de Toledo por Alfonso VI. Para evitar su liquidación, los
reinos de taifas pidieron ayuda a las dinastías almorávides y almohades
del norte de África, aunque éstas aprovecharían su debilidad para
acabar absorbiéndolos.
IBN ARQAM. — Nuestro campamento, a la sombra de la roca,
pronto se convirtió en un nido de escorpiones, hasta el punto de que
cuando dos hombres se cruzaban cada uno se preguntaba: ¿quién de los
dos traicionará primero al otro?
En esos años de alianzas forzosas y amistades de
conveniencia, en los que las estrategias políticas vienen salpicadas de
suspicacia, suceden las dos historias de Los reyes poetas. Bajo este
título se encuentran, por primera vez reunidas en un volumen,
Al-Mutasim de Almería y Las pasiones de Al-Mutamid, un díptico que
refleja, en paralelo, los entresijos del reino de Almería y del reino
de Sevilla, administrados por dos hombres incompatibles con un mismo
destino.
YUSUF IBN TASHUFIN. —Al-Mutamid es fuerte y Al-Mutasim
es tenido por modesto y generoso, son los hombres más importantes a
este lado del mar. Yo no puedo tomar decisión alguna sin haberlos
escuchado antes, pues son el sol y la luna de al-Andalus.
Sin embargo, a pesar de lo que el gusto actual parece
exigir, estas obras no se entregan a las intrigas palaciegas, ni al
didactismo histórico ni al cinismo político. Donde Catherine François
se revela como una erudita de la civilización árabe es en su
capacidad para retratar el estado de su moral, arte y religión.
ASCETA. — La roca, en su desnudez,
posee la belleza de un corazón que los placeres no pueden corromper. Lo
que otorga su fuerza al espíritu se obtiene labrando la piedra. Si te
ofreciesen Granada, Sevilla, el mundo entero, y los rechazaras,
ganarías mucho más. Si los aceptases perderías tu corazón.
Los reyes poetas encierra, también, un viaje político de
ida y vuelta. Y dentro de él una utopía: la de imaginar, hoy, como
entonces, cortes y gobiernos en los que los poetas dibujan aspectos de
la vida pública y participan de la toma de decisiones. Belleza,
política y espíritu no siempre han
estado reñidos.
Catherine
François
Catherine
François (París, 1953) estudió Letras Francesas en la Universidad de La
Sorbona. En 1973 empieza a viajar a España y a visitar Madrid
asistiendo a la eclosión cultural de la transición, el ambiente de la
vanguardia madrileña y publica sus primeros artículos. En 1985 se
interesa por la poesía y el pensamiento de la antigua China. Desarrolla
estudios de chino contemporáneo que más tarde completa en el Instituto
de Idiomas de la Universidad Complutense de Madrid, e investiga las
leyendas en torno al Río Amarillo y sus afluentes. Ha publicado: La
ciudad infinita, Caminos bajo el agua, El árbol ausente y Al-Mutasim de
Almería
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