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viernes, 6 de diciembre de 2013

56.- Almuzara presenta Las brujas de Zugarramurdi de Mikel Azurmendi




Una investigación histórica sobre el proceso más célebre que llevó a cabo la Inquisición española contra la brujería

5 de diciembre de 2013.- ¿De qué hablamos cuando mencionamos a las brujas de Zugarramurdi, que tan famosas se han hecho a raíz de la película de Alex de la Iglesia? ¿Quién era considerado brujo o bruja por sus vecinos en tiempo de nuestros ancestros? ¿Por qué el Estado y la Iglesia creyeron al filo de 1600 que había que perseguirles con saña judicial? ¿Por qué la Inquisición española hizo seguidismo de la caza de brujas llevada a cabo por el Estado francés al otro lado de los Pirineos?¿Por qué dos inquisidores de Logroño llegaron a inventar el vocablo “aquelarre” para atribuírselo a la “brujería” de aquella gente? ¿Qué representó en todo ello la aldea navarra de Zugarramurdi?
A estas y otras muchas preguntas responde con rigor Mikel Azurmendi, profesor de Historia comparada de las religiones, en Las brujas de Zugarramurdi (Editorial Almuzara), uno de los estudios de investigación histórica más completos que se han escrito hasta la fecha sobre el proceso más célebre que llevó a cabo la Inquisición española contra la brujería, en las aldeas navarro-española situada en la vertiente pirenaica limítrofe con Francia.
“Este estudio tiene la pretensión de consolidar en un relato científico lo que hasta ahora no eran sino trozos y esquemas de pensamiento, que planteaban la necesidad de franquear un peldaño más en la comprensión de la persecución de la brujería en las tierras de habla vascuence a comienzos del siglo XVII”, comenta el autor.
Es por ello que Azurmendi indaga en este estudio en las causas del desencadenamiento de aquella persecución, que atribuye, entre otros factores, a las contradicciones culturales y sociales existentes entre la clase instruida y la gran masa de la población, profundamente analfabeta.
Según su autor, las consecuencias de esta persecución ocasionó una ingente producción de dolor y sufrimiento a miles de víctimas, un hecho que provocó un colapso social y cultural y una escisión entre acusados y acusadores, “que estuvo a punto de producir un holocausto generalizado al estilo de la Solución final nazi”, a  la vez que se consumó la metamorfosis de una parte del pensamiento teológico en ideología pura y dura, muy apta para ser usada por los poderes civiles según su albedrío.
Azurmendi aclara en este libro el uso no ideológico que se hace del término vasco, “ante todo porque ni la brujería perseguida fue vasca, como se afirma a la ligera en muchos estudios, ni la tierra de persecución inquisitorial era el País Vasco. El termino vasco designaba en la época exclusivamente el territorio francés del Labort (Lapurdi, en vascuence) y, a veces, a sus habitantes.
Además de describir el complejo proceso, igualmente, da cuenta de cómo uno de los inquisidores del caso, Alonso Salazar y Frías, llegó a revisar el caso y a la conclusión de que todo aquello había sido un delirio y una farsa de los propios inquisidores, hasta lograr que la Inquisición promoviese en 1614 un contrito mea culpa con el que se acabaron para siempre en España las hogueras judiciales donde quemar brujas y brujos, mientras en toda Europa y América arderían aún durante un siglo más.
Mikel Azurmendi tiene una amplia obra literaria: Euskal hilobia (poesía), Kontu kontari Grezian barrena (relatos) y las novelas Gauzaren hitzak; Tango de muerte; Melodías vascas; El hijo del pelotari ha salido de la cárcel; así como la novela histórica sobre la caza de brujas en tierras del vascuence, Las maléficas.
Además es autor de ensayos de etnología y antropología cultural: Euskal nortasunaren animaliak; El fuego de los símbolos; Nombrar, embrujar; Y se limpie aquella tierra; Estampas de El Ejido. Desde la antropología política ha escrito La herida patriótica y también Todos somos nosotros.

En el 400 aniversario del Auto de fe en el que fueran quemados quince brujos de Zugarramurdi codirigió en Logroño el ciclo de conferencias organizado por la ciudad y el Instituto de Estudios riojanos. Ha sido profesor universitario y fundador de la revista literaria Literatur Gezata y de la revista cultural Bitarte así como colaborador en un sin número de revistas y periódicos.

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