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jueves, 5 de diciembre de 2013

43.- "Muerte súbita" de Álvaro Enrigue: primeras y excelentes reseñas



Muerte súbita de Álvaro Enrigue, Premio Herralde de Novela 2013:
primeras y excelentes reseñas



«Álvaro Enrigue ha escrito, con Muerte súbita, una novela a la altura de su desmesurada ambición. Se le exige mucho al lector y, como compensación, se le da lo mucho que promete. Y más que caminar a oscuras lo hacemos en un vacío que poco a poco se va llenando y adquiriendo sentido en un work in progress parecido al de un pintor o al del tejedor de un tapiz… En Muerte súbita asistimos a un duelo formidable que cambiará el destino de la humanidad y en el que caben la violencia y delicadeza, lo sublime y lo más descaradamente obsceno, la hipérbole de las crónicas de Indias, la rica información sobre el tenis desde sus orígenes y la conciencia de que, como todos los libros, este “viene mayormente de otros libros”, sin que haya aquí nada de libresco. Por el contrario, penetramos en lo más vital de la historia, del arte, y de los torbellinos que nos han arrastrado a la modernidad» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia).

«Álvaro Enrigue ha asimilado a la perfección, con personalísima mirada, el esperpento valleinclanesco recreado sobre un «ruedo ibérico» renacentista, el fingimiento culturalista del mejor Borges y el recargado tono barroco de una jocosa, por momentos hilarante, crónica del poder ejercido entre desternillantes lances y desafíos… Espléndida novela para tiempos de crisis» (Jesús Ferrer, La Razón).

«Es un texto literario que detiene el tiempo, lo secciona por donde mejor le parece al autor cortando y agrietando esos sitios ciegos de la historia para imaginar un mundo que no entiende de géneros. Es posible que sea también un divertimento histórico sobre hechos contados muy libremente y un ensayo ficción sobre en qué cosa se puede convertir algo tan moldeable como es la novela… No es solo un libro que cuenta un partido de tenis entre Caravaggio y Quevedo, ni las historias cruzadas entre Hernán Cortés, Cuauhtémoc, Galileo, Pío IV, el duque de Osuna o Ana Bolena, ni una lectura ejemplar de la Utopía de Tomás Moro. Muerte súbita cuenta las vidas cruzadas de estos y otros personajes de la Historia situándolos en su tiempo, pero leyéndolos desde el nuestro» (Ricardo Baixeras, El Periódico).

«El autor toca tantas teclas que cabría temer que alguna pirueta llevase al descarrilamiento. Si no ocurre así es por dos motivos. 1) Porque estamos ante una obra que, pese a su complejidad temática, resulta siempre entretenida y con frecuencia divertida, siquiera sea por la vía irónica. Y 2): porque el riesgo que asume se equilibra con un derroche de talento en el engranaje de tramas que se desarrollan en diversos espacios temporales y geográficos.
El hilo conductor es una partida de tenis que, con reglas muy alejadas de las actuales, disputan el 4 de octubre de 1599, en la romana Piazza Navona, dos hombres excesivos y de vida y arte exageradas, con cuentas que saldar con la justicia, pero destinados ambos al panteón de los genios: Quevedo y Caravaggio. Ahí se enfrentan “dos versiones de la modernidad cuando ésta estalla” y cuando el mundo se ha hecho enorme con el descubrimiento, exploración y conquista de América…
En el mejor texto de una contraportada que he leído en muchos años, se asegura: “Muerte súbita se vale de todas las armas de la escritura literaria para dibujar un momento tan deslumbrante y atroz en la historia del mundo que solo puede ser representado mediante la más venerable y maltratada de las tecnologías, el artefacto cuya regla de oro es que no tiene reglas: Su Majestad la novela”» (Luis Matías López, Público.es).

«Merece un aplauso cerrado. Ha tomado la novela como campo de juegos, como certera excusa para armar un cuerpo único que, sin deberle nada, tiene un aire vilamatiano de ensayo escondido, de materia que lleva una máscara muy rotunda y hace bailar a quien la lee… El Premio Herralde de Novela siempre es un escaparate de polémica, ideal para las tertulias, siempre más aburridas, de literatos y gente del mundillo. Aquí, si quieren discutir, tienen un ejemplar diverso, una creación auténtica que intuye que debemos dar un viraje a la modernidad mientras habla de sus orígenes con originalidad y un punto de vista que se aleja de lo convencional. ¿Quién da más? La contienda es inagotable» (Jordi Corominas i Julián, Blog personal).

«Libro sustentado en libros […] y en una densa y plural sustancia narrativa que el escritor recorre para revisar e interpretar, como buen escritor de ficción, la Historia como pudo haber sido, vista más desde las miserias que desde las grandezas y reescrita en estas páginas con un verbalismo violento, desaforado y hasta sucio que refleja, potenciándolo, “el charco de sangre y mierda que deja la Historia cuando se aloca” (p.118)… Obra que refrenda que novelar es construir y la novela construcción, esfuerzo compositivo. Hasta el caos ha de cumplir tal requisito y de ello da fe esta singular y justamente premiada novela de Álvaro Enrigue» (Luis Alonso Girgado, El Ideal Gallego).

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