Los puentes magnéticos
de Ignacio Molina
A lo largo de las páginas de Los puentes magnéticos, la
voz de su narradora y protagonista va hilando con naturalidad lo trascendente
y lo rutinario. Las escenas de los almuerzos familiares se funden con los
encuentros sexuales, las clases de inglés se mezclan con el rodaje de una
película independiente, una reunión de consorcio antecede a una sesión de
pornografía en Internet. Las jerarquías narrativas se desdibujan para
habilitarle al lector el acceso inmediato e íntimo a un personaje marcado por
las secuelas de la desaparición de su padre y la inestabilidad de sus
relaciones de pareja.
Al registro despojado que ya caracterizaba los anteriores libros de Ignacio
Molina se agregan aquí las disrupciones de la dimensión onírica y una
aceleración que lleva el ritmo de esta novela, de modo igualmente intencional
y desprevenido, hasta el momento en que todo se transforma de
manera definitiva.
Entre la pérdida y la ansiedad, la transgresión, el deseo y el pudor,
la protagonista de Los
puentes magnéticos atraviesa los días del mismo modo en
que suele cruzar la ciudad en colectivo: por recorridos que se reiteran y,
sin embargo, siempre se experimentan de forma diferente.
Ignacio Molina nació en Bahía Blanca en 1976. Publicó los libros de
relatos Los
estantes vacíos (Entropía, 2006) y En los márgenes (17Grises,
2011), la novela Los
modos de ganarse la vida (Entropía, 2010), y los libros de
poemas Viajemos
en subte a China (Pánico el Pánico, 2009) y El idioma que usan todos (Pánico
el Pánico, 2012). Los
puentes magnéticos es su segunda novela.
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