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sábado, 26 de enero de 2013

184.- EDITORIAL RM | JOSÉ GUADALUPE POSADA (1852-1913)





Los maravillosos cuentos para niños, con el transcurso de los años, han sufrido cambios considerables. El gran formato, la pasta rígida, las páginas brillantes, las ilustraciones multicolores en tercera dimensión, el sonido y de más son elementos que las publicaciones infantiles de hace más de cien años desconocían.

Entre el siglo XIX  y principios del XX, Antonio Vanegas Arroyo (1852-1917) editó setenta cuentos. Los imprimió en tres tamaños diferentes, contenían ocho páginas y costaban dos, tres y seis centavos. Las cubiertas y las ilustraciones fueron creadas en grabado por Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, dos artistas cuyo singular estilo dotó de gran personalidad a estas publicaciones.

Esta publicación de Mercurio López Casillas, reconstruye y rescata la historia de estos cuentos gracias a un número significativo de ejemplares que ha sobrevivido, pues a pesar de que en su mayoría nunca fueron considerados para guardarse o revenderse, muchos de ellos se salvaron de ser destruidos y caer en el olvido.





Esta monografía es una edición facsímil del primer libro dedicado al gran ilustrador y grabador mexicano José Guadalupe Posada (1852-1913), publicado en 1930.

En este volumen se reproducen unos 400 grabados de la vasta producción de Posada recopilados por Paul O'Higgins, los que entonces se pudieron localizar y reunir.

Las imágenes de las alegres –y a veces macabras– hojas volantes del artista son parte de las miles que integran su obra, entre ellas  las “calaveras”, los corridos o las ilustraciones de canciones y oraciones religiosas, que con su gran calidad plástica engrandecieron la tradición del grabado popular mexicano.

Además de las imágenes, el libro incluye una introducción de Frances Toor, legendaria editora de la revista Mexican Folkways, y un ensayo de Diego Rivera sobre el grabador.

Según Diego Rivera, la importancia de esta publicación consistía en no dejar que Posada cayera en el olvido. Es entonces una “primera piedra de este monumento, porque es el primer documento permanente de la obra de José Guadalupe Posada”. Sus ilustraciones, a pesar de apreciadas y todavía en uso en la época, circulaban desunidas de su nombre y faltaba un merecido reconocimiento.

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