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martes, 23 de octubre de 2012

239.- Bello como una prisión en llamas



Julius Van Daal
Bello como una prisión en llamas
Breve relación de los Gordon Riots
Traducción de Federico Corriente
ISBN: 978-84-940296-4-6 | Logroño, octubre de 2012 | 120 págs. | 10 € | 12 x 17 cm | pepitas@pepitas.net | www.pepitas.net

Bello como una prisión en llamas narra un episodio de la historia de Inglaterra mal conocido en ese país y completamente desconocido por estos lares: la primera gran insurrección proletaria de la era industrial.
A comienzos de junio de 1780, la aprobación de una ley considerada «papista» desencadenó un monumental motín que, sin jefes ni doctrinas, y abundantemente regado con ginebra y otras bebidas etílicas, desembocó en una gran fiesta popular a lo largo y ancho de la que entonces era la ciudad más grande de Europa: Londres.
Al grito de «¡No a la esclavitud!» se quemaron las casas de los políticos, se socializaron las destilerías, se destruyeron los símbolos de la opresión y se incendiaron las prisiones, no sin antes poner en libertad a los pobres (sus moradores habituales).
Esta breve narración viene a mitigar el desconocimiento, la ocultación y la deformación de estas jornadas, que por olvidadas nos resultan aún más memorables.
* * *
[…] De la noche, de los slums de Whitechapel o de Southwark, de los tugurios y albergues, de los talleres y los puertos, de los burdeles y las tabernas, surgen decenas de millares de pobres insomnes y sin futuro. Se burlan del papa y del rey, de los tories y de los whigs, de los ritos y de las rentas, del arte de gobernar y del de administrar. Quieren cortarle la lengua a los sermoneadores o devorar la mano que les arroja las migajas de la expansión mercantil, suprimir las leyes y la autoridad para que todo sea de todos y ver arder los presidios en una ciudad abandonada por los ricachones y los peces gordos. Ansían apasionadamente el fin del orden existente. Arden en deseos de realizar el viejo sueño de Cucaña de las grandes insurrecciones londinenses: ver por fin echar clarete a las fuentes públicas. […]
* * *
Julius Van Daal nació en París durante la guerra de Argelia. La mayor parte de su existencia ha transcurrido de arrabal en extrarradio, y así sigue. Tras desertar precozmente de la escuela, probó varios meses de salariado, lo que le decidió a evitarlo y a criticarlo en actos. Estuvo entre los redactores del desplegable À bas le prolétariat, vive le communisme, y de los periódicos L’Exagéré y Mordicus antes de participar, en 1993, en la fundación del colectivo editorial L’insomniaque, que sigue animando en 2012. Entre sus traducciones se encuentran Boxcar Bertha, de Ben Reitman, y Utopies pirates, de Peter Lamborn Wilson. También es autor de un libro ilustrado sobre la revolución española, Le rêve en armes.


Primera reseña, en FronteraD:




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