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martes, 6 de septiembre de 2011

57.- LA ANTORCHA DEL SIGLO XXI. Andrés Sorel.



Os envío el número 25 de mi revista.

LA ANTORCHA DEL SIGLO XXI. Andrés Sorel.
Estamos implantando un sistema de comunicación a escala mundial, sustentado en raquíticas líneas de pensamiento. K. Krauss


ALGARADAS
lunes 4 de septiembre de 2011



SUMARIO.





1. Lenguaje



2. Enseñanza. Esperanza Aguirre. Acciones y solidaridad con los profesore.




1. Lenguaje.



Basta de palabras. Actos si no queremos que desaparezca definitivamente el significado de las palabras por quienes hoy usan y abusan de ellas. En el principio fue la palabra, y la palabra está ahora abocada a su extinción. Entre los principales culpables de este atentado se encuentran los medios de comunicación. Y ahora, como sea, se necesitaría reducir al silencio a los políticos y a quienes públicamente las prostituyen. El problema fundamental de lo que se llama cultura es liberar ya el lenguaje de quienes lo han secuestrado y corrompido.




2. Enseñanza. Esperanza Aguirre. Acciones y solidaridad con los profesores




Esperanza Aguirre y su gobierno han estudiado concienzudamente las técnicas nazis para utilizar el lenguaje como elemento destructor de la capacidad crítica de los ciudadanos, para, a base de repetición de frases, ocultación de argumentos, mentiras y mentiras, contínuo uso de consignas sencillas y martilleantes, conformar una mayoría esclava, incapacitada para pensar, moldeable, que arremeta contra quienes se oponen a sus programas de exterminio económico y cultural y de terrorismo dictatorial y gubernamental. Se busca al enemigo, se le culpabiliza por cualquier motivo y se echa sobre él a su pueblo cautivo. Comunistas, homosexuales, judíos, en la técnica del holocausto. Ahora, en Madrid, fases iniciales de experimentos aznaristas, le ha tocado el turno a los enseñantes: como chivo expiatorio ellos han de recibir las iras de quienes no se prestan al terrorismo económico que se inicia con el PP en una expansión de años de poder absoluto. La práctica nazi de Esperanza Aguirre se ha puesto de manifiesto al arremeter contra los profesores porque después de haberles bajado el sueldo les aumenta ahora las clases lectivas semanales de 18 a 20. Dice que cualquier trabajador se daría con un canto en los dientes por trabajar 20 horas semanales. Sabe que cuando habla miente cual villano que dicen los clásicos, pero la técnica de la mentira es la base del triunfo del fascismo. De ella, de Cospedal, de González Pons. - Rajoy, para no tener que mentir, prefiere no hablar casi nunca. La mentira va calando, con el enorme poder de difusión que cuenta al reproducirla en gran parte de los ciudadanos. Con desmentirla -Esperanza Aguirre matizará sus palabras después, pero con una ínfima difusión- no se consigue paliar los efectos causados al enunciarla. El mal ya se ha hecho. Y señalado a quienes deben ser acusados a partir de ahora. Ella, los aznaristas, maestro consumado de todas las mentiras, pueden reirse, porque desde luego ellos, la mayor parte de los políticos, responsables sindicales, si que trabajan más de 20 horas semanales, gustosos estarían de realizar su trabajo aunque fueran 80 horas a la semana. ¿Cómo? Haciendo lo que hacen: hablar ininterrumpidamente en periódicos, radios, televisiones, tertulias de cualquier índole, reuniones, o sesteando, a veces durmiendo a pierna suelta, en las aburridas y rutinarias sesiones del Parlamento, Senado, Asamblea, mítines, etc etc.



El tema es demasiado grave. No solo para los enseñantes, para todos los ciudadanos. Se trata de hundir la educación pública, de entregar, lo que les queda que no es mucho, el poder a la iglesia, a quienes desde hace siglos han provocado el analfabetismo cultural de España, a las multinacionales de la educación, a los poderosos económicamente hablando que reduzcan al analfabetismo virtual a los alumnos, terminando con la facultad de que puedan pensar y ser libres. Someter a la esclavitud ideológica a la mayor parte de la población. Mientras se pone en la calle a miles de profesores, se suprimen las tutorías, el diálogo y la atención especial a los menos dotados o a quienes requieren una educación distinta, se lapidan las enseñanzas humanistas, plásticas, artísticas -de las literarias no hablemos- se cierran bi9bliotecas...



Escritores, intelectuales que no se preocupen solamente de ganar dinero u ocupar un lugar en las pasarelas de las artes y las letras al servicio del mercado, deben salir a manifestarse también contra esta época de barbarie que cada vez más nos rodea. No es solo solidaridad: es por ellos mismos si quieren vivir, ellos y sus descendientes, en una sociedad libre y no robotizada.



Y a los burócratas sindicales les decimos que no continúen la senda de los sindicatos amarillos de Estados Unidos. !Que se olviden de sus puestos burocráticos y luchen de verdad!. No se trata de que ellos puedan seguir desarrollando en puestos remunerados su función, sin cabrear mucho a políticos y empresarios, que, no olvidemos, les mantienen. Se necesita imaginación, múltiples acciones y no el manido recurso de un día de huelga, que aparte de importarle un bledo a los responsables de la situación les permite ahorrarse un puñado de euros al descontársela de las pagas. Otra cosa es una huelga indefinida, por muy quimérica que parezca. Y cabrear y hacer ver a la sociedad, padres de alumnos incluidos, que ellos también deben luchar, que el enemigo es uno y que todos deben combatirles. Porque al fin, en la democracia virtual que vivimos, ¿acaso las Aguirre no esgrimen el poder de los votos para justificar sus acciones? Hasta esa que se llama Cospedal y que quiere emular no ya a la Thatcher, sino a las rubias platino como ella del Tea Party, dice que pertenece al partido de los trabajadores. Desde luego que con lo que gana anualmente no necesitaría hacer tantos recortes "en favor de los parados". ¡Qué perversión la del lenguaje!

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