Aleph de PAULO COELHO
PAULO COELHO NOS CUENTA LA GÉNESIS DE SU ÚLTIMA OBRA.
Uno de los autores más importantes de nuestro tiempo, con más de 135 millones de ejemplares vendidos, y la segunda celebridad más influyente en Twitter, nos invita a pasar a la ACCIÓN, a CAMINAR, a DESCUBRIR, a ARRIESGARNOS, a CRECER y a DESPERTAR en su nueva obra Aleph.
Y nadie mejor que el propio PAULO COELHO para explicarnos el sentido de su obra, el por qué de Aleph.Un viaje que cambió su vida y transformará la nuestra. La génesis de Aleph.
EN PROPIAS PALABRAS DEL AUTOR:
¿Cuántas vidas vivimos?
Esta pregunta está en nuestras cabezas desde el principio de la civilización. ¿Se acaba la vida con la muerte? ¿Pasamos a otro plano? ¿Volvemos de nuevo al planeta Tierra? En mi nuevo libro, Aleph, describo mi experiencia personal respecto a un asunto muy delicado: la reencarnación.
En primer lugar, debemos dejar de lado la idea de que el tiempo se puede medir: no se puede. Creamos una convención que es absolutamente necesaria para que la sociedad funcione –en caso contrario nunca llegaríamos a tiempo para coger un tren o el bizcocho acabaría quemándose en el horno. También nos vemos obligados a crear una realidad visible a nuestro alrededor, o la raza humana jamás habría sobrevivido a los depredadores.
Inventamos algo llamado «memoria», como en un ordenador. La memoria sirve para protegernos del peligro, nos permite vivir en sociedad, encontrar alimentos, crecer, transmitirle a la siguiente generación todo lo que hemos aprendido. Pero no es la vida en sí.
El tiempo no pasa; sólo es el momento presente. Aquí, en este momento en el que escribo, está mi primer beso y el sonido del piano que mi madre tocaba mientras yo jugaba en la sala. Y soy todo lo que fui, y todo lo que seré. Como nada tiene un principio y un fin –la eternidad es el presente- estoy viviendo todo lo que pasó y todo lo que va a suceder.
Tenemos miedo de eso: deseamos, por ejemplo, que el amor se estanque en ese momento en el que todo está en perfecto orden –pero eso es una trampa, ya que el amor cambia junto con el presente. ¿Estoy casado desde hace treinta años con la misma mujer? No. Ella ha cambiado, yo he cambiado, nuestro amor se ha transformado.
Nada empezó con el nacimiento y tampoco se va a terminar con la muerte. Tal vez os preguntéis: ¿dónde están aquellos que se fueron? Nunca, absolutamente nunca, perdemos a nuestros seres queridos. Nos acompañan porque no están muertos.
Imaginemos un tren: no puedo ver lo que hay en el vagón de delante, pero hay gente viajando en el mismo tiempo y en el mismo espacio que yo, que vosotros, que todo el mundo. El hecho de que no podamos hablar con ellos, saber lo que ocurre en el otro vagón, es absolutamente irrelevante, ellos están ahí. Por eso, lo que llamamos «vida» es un tren con muchos vagones. A veces estamos en uno, a veces estamos en otro. A veces pasamos de uno a otro –cuando soñamos o cuando nos dejamos llevar por lo extraordinario.
Evidentemente todo eso pertenece al terreno del misterio. Pero, ¿cuántas veces hemos experimentado esa sensación conocida como «déjà vu»? Durante una fracción de segundo (que intentamos olvidar rápidamente, ya que no encaja con nuestra lógica convencional) estamos seguros de que ya hemos pasado por aquel lugar, situación o sentimiento.
Viajamos en el tiempo todas las noches. Lo hacemos de manera inconsciente, cuando soñamos –vamos a nuestro pasado reciente o remoto. Nos despertamos pensando que vivimos verdaderos absurdos durante el sueño; no es así. Estuvimos en otra dimensión, en otras vidas que experimentamos simultáneamente, pero en la que las cosas no suceden como aquí exactamente.
¿Cuántas vidas hemos vivido ya? En realidad, la pregunta es diferente: ¿cuántas vidas estamos viviendo ahora? La respuesta es cosa de cada uno.
Paulo Coelho
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