NOTICIAS PATROCINADAS por Literaturas Com Libros ¿QUIERES PATROCINAR ESTAS NOTICIAS? publicidad@literaturas.com
Tríptico y Santos que yo te pinte
Julián Rodríguez
En paralelo a sus novelas y a su ciclo de «no ficción» Piezas de resistencia, que seguirá publicando en Random House Mondadori, el escritor Julián Rodríguez abre ahora un nuevo ciclo narrativo para Errata Naturae Editores, llamado Piezas breves. Y lo inicia con dos pequeños volúmenes, escritos en 1998, pero reescritos a lo largo de estos últimos años: Tríptico y Santos que yo te pinte, que aspiran más a la intensidad que a la extensión.
Un pasaje destacado de Tríptico
«De vez en cuando ella me hablaba de la biblioteca de su padre. La biblioteca que su padre había heredado de su abuelo. Ella había crecido rodeada de libros, y yo, eso creía, la amaba por aquella biblioteca que nunca había tenido. En casa de mis padres, allá en Hoyos, en la sierra de Gata, sólo hubo dos libros: una biblia y un quijote, mi hermano lo ha contado en un poema».
Y un pasaje destacado de Santos que yo te pinte
«Y comencé a desear con fuerza que ella, para comenzar de nuevo, pensara no en mi vida, sino en la suya, tensada y destensada hasta aquel momento como la piel de un animal muerto».
En Tríptico tenemos tres historias, tres mujeres, que podrían ser una sola. Y tras ellas, o alrededor de ellas, la voz de un hombre. ¿Quién narraría mejor estas historias: Garcilaso de la Vega o The Cure?, parece preguntarnos el autor. Crueldad, ferocidad… e ironía: tres elementos que no son ajenos a esta combinación de temas y tonos... Si en un tríptico pictórico las hojas laterales se doblan sobre la del centro, aquí debería entenderse que todas las hojas se doblan sobre las demás y sobre sí mismas a la vez, reacias a formar un todo pero siendo un todo.
En Santos que yo te pinte un hombre le habla a su hermano del pasado reciente y de una mujer, que -sospecharán los lectores- es a su vez muchas otras mujeres. No sabemos exactamente dónde ni cuándo. Y el cómo es el propio relato: un oscuro monólogo contra la Amada (¿antiamoroso?) lleno de imágenes y emociones contrarias, en el que el autor se sirve de la mística sufí y los tratados espirituales españoles en una «operación» similar a la que llevaran a cabo John Cage o Peter Handke respecto a la obra de Meister Eckhart. Un monólogo que hace convivir la tradición siciliana de Bufalino o Consolo con algunas canciones de rabia, crítica y desamor de Los Planetas.
Julián Rodríguez nació en Ceclavín, Cáceres, en agosto de 1968. Editó y dirigió la revista de arte y estética Sub rosa a principios de los años 90. Actualmente es director artístico de la galería de arte Casa sin fin y director literario de la editorial Periférica.
Su obra ha sido publicada en diferentes sellos del Grupo Random House Mondadori, tanto en trade como en bolsillo. Se divide en varios bloques:
-Antecedentes (2010), que reúne sus relatos y poemas hasta el año 2000.
-Las novelas Lo improbable (2001), Ninguna necesidad (2006; Premio Ojo Crítico de Narrativa; elegida por los críticos del diario El País como uno de los mejores libros del año) y el volumen con tres novelas cortas La sombra y la penumbra (2002). Es decir, sus textos de ficción.
-Y los textos de «no ficción» del ciclo autobiográfico en marcha, del que ya prepara una nueva entrega, Piezas de resistencia: Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás (2004; Premio Nuevo Talento FNAC) y Cultivos (2008).
En 2010 abre un nuevo ciclo, llamado Piezas breves, que publicará por entero la editorial Errata naturae durante los próximos años.