Páginas

lunes, 4 de mayo de 2009

43.- Eugenia Rico. Este miércoles en el Edificio Hucha.

BANCAJA · FUNDACIÓN CAJA CASTELLÓN
CICLO DE CHARLAS EN TORNO A LA LITERATURA "CONDICIÓN LITERAL"

EUGENIA RICO

Un sitio en la palabra: Las afueras y el centro
Miércoles, 6 de mayo. 19.30 horas. Salón de Actos del Edificio Hucha

Descendiente de allandeses, Eugenia Rico quiso ser escritora desde los cinco
años. A los once años publicó su primer cuento en el Diario Región,
posteriormente fundó la revista Multiversidad, con el objetivo de animar la
vida cultural de la Universidad Ovetense. Viajó por Argentina y la India y
residió en diferentes países hasta que en 2000 publica su primera novela
"Los amantes tristes". La novela obtuvo un reconocimiento unánime de la
crítica y fue traducida a varios idiomas. Julio Llamazares dijo de ella "que
era la mejor prueba de que sí hay buenos escritores jóvenes en España" y fue
escogida entre las mejores primeras novelas del año 2000 por la revista
"Leer", el Cultural de el diario El Mundo y El Periódico de Catalunya.

A partir de ese momento es colaboradora habitual de la prensa y de diversas
revistas, especializadas sobre todo en temas de Viajes y Solidaridad. Entre
sus principales colaboraciones en medios de comunicación destaca la del
programa de radio "Lágrimas de Cocodrilo", dirigido por el ex reportero de
"Caiga quien caiga" Mario Caballero, emitido durante el verano de 2004 donde
entrevistaba a conocidos escritores y otras personalidades del panorama
cultural español.


Su siguiente trabajo, la novela "La muerte blanca", le reporta el Premio
Azorín en 2002 y fue considerada una de las mejores novelas del año por El
Cultural.

En 2003 fue una de las escritoras invitadas al Transcantábrico Cultural,
experiencia convertida en el libro "Sobre raíles". Sus relatos están
incluidos en antologías temáticas como "Muelles de Madrid", "Que la vida iba
en serio" o "La Paz y la Palabra". Al año siguiente disfrutó de la Beca
Valle Inclán de la Academia de España en Roma, otorgada por el Ministerio de
Asuntos Exteriores de España, y uno de sus reportajes solidarios obtuvo en
2006 el Premio de Unicef al mejor artículo del año.

Sus poemas han sido incluidos en la Antología de Poesía Femenina del S.XX
"Mujeres de Carne y verso".

Para Eugenia Rico los autores escriben "para hacerse eternos, incluso leemos
para detener el tiempo. Todos tenemos la experiencia de haber querido volver
atrás para cambiar algún hecho del pasado, y la única máquina del tiempo que
conozco que funciona es la literatura, una máquina de palabras."

"El deber del escritor, en opinión de la escritora, es hablar de las cosas
importantes, de las cosas que importan. Y creo que hoy hay gente que habla
de las cosas que venden. El deber del escritor es no pensar en eso, sino en
lo que importa. Hoy se cambia lo importante por lo urgente. El escritor no
tiene que pensar en vender o no vender, eso vendrá por añadidura. Tiene que
hablar de lo que le importa de verdad, que es lo que les importa a los
demás. Lo más importante para el hombre, de siempre, es la inmortalidad.
Olvidamos continuamente que no se bebe dos veces el mismo vino, y que las
pequeñas cosas de cada día encierran la felicidad porque son irrepetibles".

El libro, por parte de un lector ideal, tiene dos lecturas. Una, de un
tirón, porque el texto te lleva; y otra después, en que vas saboreando los
párrafos. Pero el escritor no tiene que decirle al lector cómo leer. Yo he
intentado un modo de escribir en el que el silencio tenga el mismo valor que
en la música, de modo que el lector rellene el silencio con sus imágenes y
que el libro sea único para cada lector. Ése es el valor de los libros,
conseguir que cada lector llegue a ser el director de la película.

Todos los géneros son el mismo, igual que sólo hay un arte. Todos los
géneros intentan comunicar algo así como un momento de revelación, una
epifanía, en la que, de repente, en una página se le abre al lector un mundo
nuevo. Es evidente que las técnicas son distintas, pero lo que buscan es
llegar a ese resultado, a encontrar en lo cotidiano elementos de
deslumbramiento. Uno es siempre uno y siempre hay vasos comunicantes entre
todo lo que hace.

Siempre se juega con lo que pudo haber sido, con lo que es real y lo que es
irreal. La novela habla de las cosas que pudieron ser y no han sido, y de
las cosas que han sido y debieron ser de otro modo. La ambigüedad, la
sugerencia, ése es el terreno de la novela. A la literatura le conviene la
tierra de nadie, el no estar nunca muy seguros de nada; la literatura no
está hecha de certidumbres, sino de incertidumbres. Si estuviera muy segura
no haría una novela.

Nunca se ha escrito tanto y tan bien como ahora. Lo que pasa es que hay
gente que escribe bien y no tiene nada que decir. Se escribe mucho y se
publica mucho. Pero Muñoz Molina empezó a publicar a los veinte o veintiún
años. Luego hubo años malos. Rafael Sánchez Ferlosio publicó Alfanhuí con
veinticinco años, y Carmen Martín Gaite, El balneario a una edad parecida; o
sea que... Nada nuevo bajo el sol. A mí me pilló en medio, cuando yo empecé
ya había pasado la moda. En cualquier caso, yo no hago literatura de joven.
No me beneficié del fenómeno de la juventud.

Se puede aprender a leer. Por otra parte, en todas las épocas ha habido
tertulias literarias; ahora, un buen taller es una manera de encontrar a la
gente que antes encontrabas en las tertulias. Los talleres te enseñan una
técnica y claro que aprendes cosas. Hay muy buenos profesores y yo he
aprendido mucho de alguno.


Bancaja · Fundación Caja Castellón

Enmedio, 82. 12001 Castellón. Teléfono 964 232 551