Páginas

jueves, 5 de marzo de 2009

77.- ORIGENES DEL CINE


EL CINE ES UN ARTE NUEVO QUE EMPIEZA A SER VETERANO, AUNQUE LA VERDAD ES QUE EL CINE NUNCA ENVEJECERÁ YA QUE ESTÁ EN CONSTANTE RENOVACIÓN

Por eso en estos momentos resulta tan apasionante descubrir cómo era en los primeros años de su devenir, cuando se estaba inventando un lenguaje y una forma de narrar completamente diferente de todo lo conocido hasta entonces.

La obra ORÍGENES DEL CINE es la crónica de tres décadas durante las cuales se desarrolló una novedosa técnica, una poderosa industria, un influyente medio de comunicación y la forma de expresión artística que más rápidamente logró llegar a millones de aficionados y alcanzar
el rango de Séptimo Arte.


Estos libros no quieren ser una historia del cine “vetusto” sino, al contrario, una historia de un cine vivo en su contexto, un cine en comunicación con su tiempo, espejo y caja de resonancia de todo lo que sucedía en los convulsos años que abarca el periodo del cine mudo, años de cambios radicales en la historia, la política, la cultura y la moral.

EUROPA:
Asombrarse con el sombrío cine alemán, apasionarse con la revolución del lenguaje del cine soviético, admirar la elegancia de la vanguardia francesa o la grandiosidad del colosal cine italiano, aprender que daneses y suecos hicieron películas que marcaron su época, y que muchos de los grandes directores comenzaron su carrera en este tiempo, son algunas de las cosas que se pueden encontrar en este libro que aspira a despertar la curiosidad y el disfrute de este periodo crucial de la Historia del Cine.

292 páginas

EE.UU:
Hablar de cine es sinónimo de hablar de cine americano. Este arte es el que mejor representa a los americanos, el mejor símbolo de su creatividad. Fue en Estados Unidos donde se inventó Hollywood y su “fábrica de los sueños”. Fábrica, porque, prácticos y directos, los americanos sabían que era importante consolidar una industria para la creación de historias. Sueños, porque estaban ansiosos por ver y oír esas historias. ¿Y qué mejor forma de verlas que en una pantalla donde se podía reír con Charles Chaplin, llorar con Lillian Gish, enamorarse de Rodolfo Valentino o correr toda clase de aventuras con Douglas Fairbanks?

316 páginas