viernes, 30 de marzo de 2007
296.- Elisabetta Rasy escribe sobre su novela La ciencia del adiós
La ciencia del adiós es una novela de la realidad, cuenta una historia real, la historia de Nadiezhda Mandelstam y de su esposo, el poeta ruso Ósip Mandelstam. No se trata de un texto biográfico ni de una biografía novelada, ni mucho menos de un ensayo sobre sus obras. Es una narración de la vida de estos dos personajes: es decir su vida es tomada e inscrita en un espacio en el que el escritor acoge el objeto siguiendo el hilo de una narración y el objeto acoge y moldea la mirada y el discurso del narrador.
A finales de los años ochenta cayó en mis manos la traducción italiana de una parte de las memorias de Nadiezhda Mandelstam.
Desde ese momento empecé a buscar todo lo que pude encontrar sobre la pareja Mandelstam. En el curso de esta búsqueda Ósip y Nadiezhda se convirtieron en inquilinos estables de mi casa interior y su historia se transformó misteriosamente en una especie de historia de familia que quería compartir con otras personas.
Escuché con mucha atención a los grandes amigos de Ósip: Víktor Shklovsky, Marina Tsvetáieva y Anna Ajmátova, pero también a figuras de menor relieve, tanto en la literatura como en sus vidas (están citados en la bibliografía). He utilizado las memorias de Nadiezhda a veces al pie de la letra y muchas otras también a contrapié, al revés, siguiendo los agujeros, las omisiones, las lagunas. En cambio me he servido del “cancionero” de Mandelstam como si fuera –y que el poeta me perdone por ello- una especie de diario en verso de su tiempo y de su propia existencia. Me ha resultado valiosísima la traducción francesa y todo el trabajo de anotación y comentarios de la poesía de Ósip llevado a cabo por Henry Avril, y he creído ver en él no sólo a un extraordinario especialista en el poeta, sino a una especie de amigo póstumo y, en lo que a mí se refiere, a un valiosísimo afín.
Informes:
Ana Kuntz
Aianza Editorial
akuntz@anaya.es