Desde el reflejo de nuestros
ancestros en las aguas tranquilas de un lago hasta los primeros azogues de
cobre o la imagen que de nuestro propio rostro recibimos a diario, el espejo ha
sido siempre un objeto cautivante cuyo poder nos fascina y nos somete. Los
espejos deforman e invierten, pero también revelan lo que somos y duplican lo
que vemos. La literatura y las diversas mitologías de la Antigüedad nos
abrieron puertas a otros mundos como el de Alicia o el escudo contra la Medusa.
De la vanidad medieval al autoconocimiento renacentista, de la superstición al
infinito establecido entre dos espejos enfrentados, esta antología recorre las
luces y sombras de nuestra naturaleza al descubierto.
Ordenada cronológicamente, esta
selección de textos, que tiene en cuenta la ficción, el ensayo y otras
disciplinas, arranca, tras uno de los Sonetos
a Orfeo de Rilke, con el mito de Narciso que Ovidio asentó hace dos mil
años. A continuación viene el espejo gnóstico del Himno de la perla, del siglo xi,
y un fragmento agorero de las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún. Los
espejos del romanticismo aparecen representados por dos maestros del relato,
E. T. A. Hoffmann y Edgar Allan Poe, además de por la ineludible Blancanieves de los hermanos Grimm. La
comicidad de Juan Valera, lo trágico en Lafcadio Hearn y el terror de Edogawa
Rampo nos traen reflejos del Japón. Arthur Quiller-Couch precede a narradores
de primer orden como Marcel Schwob, Leopoldo Lugones, Giovanni Papini, G. K.
Chesterton o H. P. Lovecraft, en una colección que incluye a su vez varias
rarezas: el magnífico primer capítulo de la novela El regreso de Walter de la Mare y sugerentes fragmentos de El doble de Otto Rank, El basilisco de Viena de Willy Ley o ese
tratado de ciencia ficción antigua que es el texto de Jurgis Baltrušaitis sobre
los espejos de Arquímedes. Virginia Woolf, Danilo Kiš, Isaac Bashevis Singer,
Goran Petrović y Angela Carter son otras de las grandes voces recogidas sobre
el tema. Tampoco podían faltar Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, el
genio ciego obsesionado con el misterio «abominable» del reflejo duplicador.
Rainer Maria Rilke, Ovidio, Fray Bernardino de Sahagún, Jacob y Wilhelm Grimm, E.T.A. Hoffmann, Edgar Allan Poe, Juan Valera, Arthur Quiller-Couch, Marcel Schwob, Leopoldo Lugones, Lafcadio Hearn, Giovanni Papini, Walter de la Mare, G.K. Chesterton, Otto Rank, H.P. Lovecraft, Edogawa Rampo, Virginia Woolf, Jorge LUis Borges, Willy Ley, Isaac Bashevis Singer, Adolfo Bioy Casares, Angela Carter, Jurgis Baltrusaitis, Danilo Kis, Goran Petrovic.
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