De la mano de Federico
Lluís Pasqual
Lluís
Pasqual rememora su relación con García Lorca y se nos revela un
narrador preciso, elegante, conmovedor. Un relato delicioso, de
una sensibilidad y una fuerza narrativa excepcionales.
En librerías a
partir del 2 de marzo.
«Al igual que
cuando uno se enamora por primera vez se está enamorando de alguien y
del amor al mismo tiempo, García Lorca era para mí "el autor"
y la Literatura: el descubrimiento de la compañía espiritual y de la
capacidad de aventura que encierra un libro. Aunque leía a otros
autores, la sensación de extraña cercanía no era la misma. Tal vez por
esa misma cercanía, en algún momento debí de sentir que si uno puede
elegir a sus amigos entre los vivos, también lo puede hacer entre los
muertos si, como en este caso, sus palabras, que albergan sus emociones
más íntimas, te acompañan y te sirven, en algunos momentos de la vida,
para darle un nombre a las tuyas. Enamorarse del Federico amigo era
demasiado fácil y, sobre todo, peligroso. (...) La fascinación que desde
el primer momento sentí —y sigo sintiendo— por la escritura de García
Lorca me decía que Federico podía acompañarme por lo menos un largo
espacio de mi vida, alimentando durante mucho tiempo la cálida
sensación de fraternidad que me producía su lectura: amor de hermano.
Ahí estaba. Esto iba a ser, mi hermano. Y puestos a pedir, mi gemelo. Un
espejo al que poder mirarme, un reflejo en forma de refugio, mucho más
sabio que yo por el hecho de ser poeta, y cuyos pensamientos y emociones
se parecían a los míos, o más bien los míos encontraban su libre
expresión en la manera cómo él los contaba.»
Extracto del Prólogo.
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